Ratifica Baninter cometió un fraude

Ratifica Baninter cometió un fraude

POR FERNANDO QUIROZ
El ex presidente Hipólito Mejía dijo ayer que la quiebra de tres bancos en el 2003 fue consecuencia de operaciones fraudulentas y descartó fuera consecuencia de la mala política económica de su gobierno como afirmó el presidente Leonel Fernández.

El mandatario sugirió al presidente Fernández “que dejemos que la justicia haga su trabajo” y opere al margen de las presiones políticas.

En una carta que envió al presidente Fernández, Mejía dijo que el gobierno contará siempre con su respaldo para la aprobación de todas aquellas reformas y medidas que requiera el país para hacer frente a los retos y oportunidades que presenta el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Centro América (CAFTA-RD).

“El fraude ocurrió durante un extenso período de tiempo que incluyó, no sólo mis dos primeros años de gobierno, sino los cuatro años anteriores presididos por usted”, planteó Mejía en una comunicación de 150 párrafos titulada “De Hipólito Mejía a Leonel Fernández”.

Exhortó al presidente Fernández que solicite al gobernador del Banco Central que le envíe la documentación en la que se revela que en el caso del Banco Intercontinental (BANINTER) el fraude comenzó a gestarse en el año 1989.

“Permítame, con todo respeto, señor Presidente, formularle la siguiente pregunta: ¿Si como Usted dice, fue la supuesta mala política económica de mi gobierno la que provocó la crisis del Baninter, Bancrédito y Banco Mercantil, por qué entonces no quebraron también los demás bancos del país”, planteó Mejía.

Calificó de “enorme” el precio que los dominicanos “hemos tenido” que pagar por el fraude de banqueros.

Para sustentar sus planteamientos el ex mandatario citó opiniones del panel de expertos internacionales contratados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), del ex presidente del Banco Central de Chile, Roberto Zahler, del ex superintendente de Bancos de España, Aristóbulo de Juan, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y otras consideraciones de figuras locales.

Insistió que la crisis económica y financiera del 2003 fue desencadenada por la crisis bancaria y no al revés, “como usted y algunos de sus funcionarios han señalado”.

Esa crisis, dijo, se manifestó en forma de una fuerte devaluación, inflación acelerada, aumento del déficit del sector público debido al surgimiento de un considerable déficit cuasi fiscal del Banco Central, pérdida de reservas, aumento de la deuda pública y estancamiento económico.

“Ninguno de los expertos y organismos mencionados ha afirmado que en el 2001 y 2002 el país estaba inmerso en una crisis económica”, añadió.

Consideró que 15 años antes  de que explotara la crisis, la supervisión bancaria fue muy deficiente, lo que incluye los cuatro años de gobierno de Fernández de 1996-2000.

“Fue durante mi gobierno que el fraude bancario se descubrió y, una vez comprobado, actuamos en consecuencia, sometiendo a la acción de la justicia a los responsables del mismo”, agregó.

Planteó que los responsables del fraude lograron burlar no sólo a las autoridades supervisoras y a la autoridad monetaria del país, sino también a reconocidas firmas internacionales de auditores como Price Waterhouse Coopers, pese a que disponían de recursos técnicos más calificados que los dispuestos generalmente por la Superintendencia de Bancos.

“Con el propósito de defender mi gestión y edificar a la opinión pública nacional sobre un tema de tanta trascendencia nacional e internacional, me permito presentar a su consideración las opiniones independientes e imparciales de reputados expertos internacionales”, señaló el ex presidente.

El actual gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, dijo el ex presidente, podría enviarle al mandatario copia de la carta enviada por Price Waterhourse Coopers al presidente del BANINTER, en la que revela que esa firma de auditores externos también fue burlada por los ejecutivos de ese banco privado.

Mejía argumentó que casi todos los expertos y organismos mencionados reconocieron que la decisión de rescatar a los depositantes “de los bancos fraudulentamente quebrados se tomó dada la percepción de que de no hacerlo el resto del sistema bancario podría contagiarse, dando lugar a una crisis sistémica que hiciese colapsar el sistema de pagos. 

“Las autoridades actuales del Banco Central podrían ratificarle si es o no cierto que 19 asociaciones de ahorros y préstamos, tres bancos múltiples tenían depósitos sustanciales en el BANINTER y varios fondos de pensiones, planes de retiro, así como depósitos de fundaciones, organizaciones no gubernamentales e iglesias”, precisó.

“Dejemos que la justicia haga su trabajo y evitemos, con nuestras declaraciones, perturbar el trabajo trascendental que realiza un Poder, que como el judicial, debe operar al margen de las presiones políticas”.

Sostuvo que fueron los fraudes bancarios los que provocaron una intensa oleada de incertidumbre y desconfianza, que condujo a una mayor dolarización y fuga de capitales.

“MI RESPALDO”

Respaldaría al gobierno, dijo Mejía, también en las iniciativas coherentes que permitan resolver el problema de la deuda del Banco Central, “pues mientras no enfrentemos de raíz el significativo déficit cuasi-fiscal, no será posible garantizar la permanencia de la estabilidad de los precios”.

“Me parece que el rol que ha desempeñado el poder Legislativo, en el cual el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) exhibe una participación mayoritaria, aprobando todas las reformas que su gobierno ha sometido para su conocimiento, es una muestra clara de que para nuestro partido y para  quien suscribe, el país está primero que nuestros intereses partidarios o particulares”, estimó.

URGENTE ATENCIÓN

Mejía exhortó a Fernández a mirar hacia adelante, poniendo urgente atención a los graves problemas que podrían estarse incubando en la economía nacional, por una excesiva y extemporánea rigidez normativa para la banca, específicamente en lo relativo al reglamento de evaluación de activos, fruto de imposiciones del FMI, no obstante, los enormes progresos en materia de solvencia, capitalización y mejoramiento de los mecanismos de gobernabilidad que ha experimentado en los dos últimos años la banca nacional.

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