RAUL MORILLA
¡Gran ganador del Premio de Escultura Cementos Cibao!

<STRONG>RAUL MORILLA</STRONG><BR>¡Gran ganador del Premio de Escultura Cementos Cibao!

La obra titulada “Equilibrio”, de Guadalupe Casasnova, ha “merecido” el primer premio del Primer Concurso de Escultura “Transforma el Cemento en Arte”, convocado por la empresa Cementos Cibao y la Fundación Huáscar Rodríguez Herrera, Inc. Desde el 17 de noviembre hasta principios de diciembre, las obras ganadoras y seleccionadas de dicho concurso fueron presentadas en el Museo Cultural de la Fortaleza San Luis, en la ciudad de Santiago de los Caballeros y desde el pasado martes 5 de diciembre se despliegan en los jardines del Palacio de Bellas Artes.

Con la participación de 44 escultores, 50 esculturas preseleccionadas y 10 obras finalistas, el jurado de este Primer Concurso de Escultura “Transforma el Cemento en Arte”, integrado por Marianne de Tolentino, directora de la Galería Nacional de Bellas Artes; Myrna Guerrero, directora del Museo Bellapart; Carlos Acero Ruiz, presidente de la seccional nacional de AICA;  Miguel Valenzuela, director de la Escuela Nacional de  Artes Visuales, además del reconocido escultor dominicano Bismark Victoria y del artista francés Patrick Laundry, ha otorgado el segundo premio a Raúl Morilla, por su obra “Sueños truncados”, y el tercer premio a Ernesto Rodríguez”, por su obra “Hábitat (Edificando el tiempo)”.

En cuanto a estos resultados, en primera instancia se impone reconocer y felicitar a los auspiciadores de tan importante y exitosa iniciativa, especialmente a Denisse Rodríguez, presidenta de la Fundación Huáscar Rodríguez Herrera, Inc. y de Cementos Cibao, por su ejemplar implicación en el desarrollo integral de nuestra sociedad, abarcando los campos de la salud, el deporte, la educación, el medio ambiente y el  mecenazgo cultural. Y esto no es retórica…

Cementos Cibao también asume un compromiso digno de imitación con el fomento de la creatividad y la educación artística entre la niñez y la juventud de Santiago, mediante su apoyo al Museo Cultural Fortaleza San Luis, que en el pasado albergó un cuartel militar y una cárcel. En la actualidad, en este museo operan un centro cultural y una escuela de arte en los que se realizan exposiciones y eventos culturales.

En sentido amplio, la realización del Concurso de Escultura de Cementos Cibao deviene en un evento con resultados ciertamente incontrastables. Por ejemplo, a partir de ahora, los artistas escultores dominicanos contemporáneos podrían contar con una nueva plataforma de proyección. La relación entre cultura, arte y sociedad se ha hecho efectiva y productiva con el apoyo de una fundación prestigiosa y una empresa privada de reconocida y exitosa trayectoria. Diversos puntos del debate sobre la situación de “poscrisis” que caracteriza a la producción escultórica dominicana en el último cuarto de siglo han vuelto a ponerse de relieve. Ya he advertido al respecto en varias entregas para Areíto.

Sin embargo, parece que no son muchos los verdaderamente  interesados en “dilucidar” y/o aportar al debate constructivo sobre la compleja y delicada situación de la escultura actual dominicana. “Lo tuyo es puro teatro”, sigue cantando “La Lupe” y la misma canción se repite de inmediato al pensar en la “composición humana” del jurado del Concurso de Escultura de Cementos Cibao y en la pieza “ganadora” del primer premio. El “embeleco” resulta definitivamente inconsistente ante la posibilidad de una confrontación superficial de los fundamentos del hecho estético tridimensional y frente al mismo ejercicio ético de la práctica crítica profesional.

Así, a la hora de los premios, el jurado del Concurso de Escultura Cementos Cibao decidió apostar al “teatrillo de las triquiñuelas”; al estúpido y árido juego del amiguismo que desde hace cierto tiempo traspasa  los resultados enrarecidos de importantes concursos literarios y artísticos de nuestro país. En este caso, uno tiene que preguntarse ¿cuáles ideas, qué tipo de pensamiento o compromiso con la profesionalización; con el apoyo a las más depuradas producciones de nuestros creadores plásticos y visuales contemporáneos sustentan los respetables miembros del jurado que, blindándose los ojos y enceguecidos también quizás -sabrá Dios por cuáles ideas o intereses personales-, optaron esta vez, primero por la farsa y luego por la desesperación?

La respuesta a esta cuestión se presta a un registro y un análisis más sosegados. Mientras tanto, ni la desesperación ni el estrés espiritual podrían obnubilar la consciencia, la mente, el alma o la sensibilidad de quienes  puedan confrontar sin prejuicios la escultura  ganadora del segundo premio del jurado y del primer premio del público. En efecto, “Sueños truncados”, del destacado artista vegano Raúl Morilla, es la obra que, con mejores resultados estéticos y con mayor elocuencia poética, concreta, a grandes rasgos,  el espíritu auspicioso de la convocatoria y los objetivos  estéticos y socioculturales de las bases del concurso.

Y de lo que nos habla Raúl Morilla en esta escultura es sobre un sueño, sobre una búsqueda que en ocasiones parece imposible y que cada vez se torna más necesaria para la misma preservación de la especie humana en el planeta Tierra. “Los sueños y anhelos de tener una relación equilibrada entre el Hombre y el Medio Ambiente…donde encontramos al hombre como pilar y responsable de esta relación”, germinan en esta formidable e impactante escultura en forma de cuerpo mutante, compuesto por almohadas o cojines de cemento y definida mediante  la enfática verticalidad de la línea.

El recorrido visual de “Sueños truncados” arranca desde la base. Sobre la superficie de grama natural se sostienen  las múltiples piernas de un cuerpo conformado por varios cojines “flotantes” que se elevan hasta su  coronación en forma de “un árbol frondoso, evocándonos una naturaleza cuidada, una naturaleza preservada, una naturaleza reina que es sueño de muchos y por la insensibilidad y codicia de algunos, estos sueños a veces son truncados”…

En esta reacción de fino vuelo conceptual y carga simbólica polivalente, Raúl Morilla se aproxima a la naturaleza como apoyo vital, como sustento primordial de la humanidad. Asimismo, la desmitificación de la rigidez del cemento en las prácticas escultóricas  contemporáneas. La exploración creativa de las propiedades “naturales” del cemento como materia plástica: su organicidad y sus infinitas variaciones texturales. La reflexión sobre los defectos de la devastación ecológica y sobre la posibilidad de una relación armoniosa entre los seres humanos y el medio natural en que se desenvuelven. Son algunas de las ideas que se nos vienen encima al contemplar “Sueños truncados”, de Raúl Morilla, quien, con esta obra excepcional, ha resultado el único y gran ganador del Primer Concurso de Escultura “Transforma el Cemento en Arte”, convocado por Cementos Cibao y la Fundación Huáscar Rodríguez Herrera, Inc., bajo el lema “Hombre, espacio y medio ambiente”.

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