Ray Charles, leyenda musical estadounidense

Ray Charles, leyenda musical estadounidense

LOS ÁNGELES, EE UU, EFE. Ray Charles, una de las figuras legendarias de la música estadounidense, murió ayer en Los Ángeles a los 73 años, según un portavoz. Charles, ciego desde los siete años, estaba aquejado de una grave dolencia hepática y murió rodeado de su familia en su casa de Beverly Hills, añadió el portavoz.

Ray Charles destacó sobre todo como autor e intérprete de “gospel” y “blues”, combinados con algunas dosis de rock, y su canción más conocida es, posiblemente, “Georgia on My Mind”, un homenaje al estado en el que nació en 1930.

Charles, que era además un gran pianista, logró un total de 12 premios Grammy, nueve de ellos entre 1960 y 1966. Entre sus grandes éxitos destacan también “What’d I Say”, “This little girl of mine” o “Drown in my own tears”. Ray Charles estudió composición musical y llegó a dominar el teclado y el saxofón.

Para ser músico superó, además del obstáculo de ser invidente, el haber quedado huérfano a los 15 años y haberse criado en el sur de EE UU, todavía dividido por la segregación racial. Su primera grabación llegó en 1951, y durante esa década se asentó poco a poco como intérprete de “rythm & blues”.

Su gran salto a la fama llegó en los años 60, especialmente con “What’d I Say”, tema en el que Charles combinó un teclado eléctrico con aires de “rock”.

Los críticos aseguran que Charles fue un maestro en dominar la música tradicional negra (“blues” y “gospel”) y a partir de ahí tratar de romper los moldes y explorar más allá de sus límites, para lo que no dudó en experimentar con el “country” –un estilo blanco– o el “rock”.

Además de dominar el piano, era un gran saxofonista. La combinación de la complejidad de sus composiciones con una voz profunda que no ocultaba los problemas de su infancia hacía de sus canciones pequeños monumentos de la música.

“Georgia on My Mind” no fue una composición suya ni él fue el primero en interpretarla, pero Charles elevó el tema a un nivel que ningún otro cantante logró alcanzar.

La canción, un auténtico icono en la música estadounidense, fue nombrada en 1979 canción oficial del estado de Georgia.

Charles influyó decisivamente en otros músicos de generaciones posteriores, como Van Morrison o Steve Winwood.

La música pierde a un buen hombre

Nueva York, dpa. La estrella del “soul” estadounidense Ray Charles en sus últimas horas estuvo acompañado por familiares y amigos.

“Intento abrirle mi alma al público, para que entienda quién soy. El soul es componer canciones con una parte de uno mismo”, se lo oyó repetir varias veces. Habiendo cumplido al pie de la letra con esta –su– filosofía, Ray Charles puede tener la seguridad de que su alma les fue revelada con los años a millones de amantes de la música en todo el mundo.

Nacido en Albany (Georgia) el 23 de septiembre de 1930, hijo de un empleado de los ferrocarriles y una lavandera que nunca contrajeron matrimonio, Charles perdió la visión a la temprana edad de seis años, lo que lo condujo a asistir a la escuela para ciegos de San Agustín (Florida). Allí estudió piano, clarinete, saxofón, órgano y trompeta, así como composición y arreglos, conocimientos que puso en práctica ya a los 15 años, tras abandonar los estudios y habiendo quedado huérfano de padre y madre, como pianista de diversas bandas.

A los 17 años, Ray Charles Robinson –tal su nombre completo– conformó su primer grupo propio, el “McSon Trio”, que efectuaba giras sobre todo a lo largo de la costa oeste de los Estados Unidos.

Su primer hit llegó en 1951 con “Baby, Let Me Hold Your Hand”, una melodía de rhythm and blues, aunque un poco más tarde se atrevió a explorar y mezclar ritmos: su entonces “revolucionaria” combinación de gospel y blues le imprimió el inconfundible estilo que lo convirtió en una “institución” dentro del mundo de la música.

Ya en esa época comenzó a acuñar el término “soul”, que años más tarde fue empleado masivamente para describir lo que hoy se conoce como tal ritmo.

Apelativos como “el genio”, “padre del blues” y “monumento de la historia de la música” se fueron sucediendo desde entonces hasta la actualidad para describir a quien, además de recibir durante su carrera un sinnúmero de premios por su obra, dio un nuevo impulso al “cool jazz” –cosechando un enorme éxito en el prestigioso “Newport Jazz Festival”– y vendió millones de discos, aun al involucrarse con otros estilos, como el pop o el country.

Tras cumplir una condena por posesión de drogas –confesó ser adicto desde los 16 años–, se sometió a un prolongado tratamiento de rehabilitación.

En 1962 erigió su propio estudio de grabaciones en Los Ángeles y en 1965 creó su compañía discográfica, “Tangerine Records Company”, rebautizada en 1973 como “Crossover Records Company”.

Entre los años 80 y 90, Charles invirtió nueve meses por año en efectuar giras, ganando una y otra vez los aplausos tanto de los diversos públicos como de las críticas. En 1993 realizó un tour junto con las también consagradas Shirley Bassey y Liza Minnelli, con resonante éxito.

Calificado por la publicación New Yorker como “el único jazzista que no fue corrompido por un éxito sobredimensionado”, en 1984 registró el álbum “Friendship” (“Amistad”), con la colaboración de Chet Atkins, Johnny Cash, Willie Nelson, Merle Haggard y Hank Williams Jr., entre otros.

Su clásico de 1960 “Georgia en mi mente” fue declarado diez años después canción oficial del estado norteamericano homónimo, y cuando más tarde grabó “América” algunos de sus fanáticos emprendieron –sin éxito– campañas para erigirla en himno nacional estadounidense.

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