Es una técnica de meditación que ayuda a despejar la mente y se enfoca en prestar atención a la forma en que se come para hacer la alimentación mucho más saludable.
El estilo de vida moderno y los malos hábitos que acompañan el día a día de las familias han normalizado conductas poco positivas para la salud relacionadas con la alimentación, como no dedicar la atención y el tiempo suficiente al momento de la comida. Son comunes las escenas de gente comiendo en su escritorio o mientras trabaja en su computadora, viendo televisión e incluso mientras conducen.
Las consecuencias negativas de este tipo de conducta incluyen: el aumento de peso, la obesidad, la subida de la tensión arterial y el colesterol o la diabetes y los trastornos alimentarios. También patologías del estómago.
Para contrarrestar estos efectos nocivos para la salud ha surgido el movimiento ‘mindful eating’ o alimentación consciente, centrado en discriminar entre el hambre emocional y el hambre física.
Cómo funciona
La alimentación consciente significa centrar la atención completa y en todo momento en lo que se va a comer.
Se pone en marcha desde el momento en que escogen los alimentos, tanto cuando se va al supermercado como cuando van a ser preparados.
Esta corriente nutricional se desprende del Mindful Eating, técnica derivada del Mindfulness que en 1979 desarrolló Jon Kabat-Zinn. Y numerosas investigaciones han arrojado resultados muy positivos sobre su práctica.
Practicarla
A la hora de ponerla en práctica, lo primero es lograr diferenciar entre el hambre emocional y el hambre física.
¿Cómo se distingue el hambre? Todo parece muy fácil. Según un estudio sobre la alimentación consciente publicado en ‘revista.nutricion.org’, esta investigación explica que la emocional aparece de repente, es súper intensa y hace que la persona quiera algo de inmediato, en ese momento, que generalmente no es una fruta ni una ensalada, sino un alimento bastante calórico, un caprichito, que regularmente podría ser una comida dulce.
Sin embargo, el hambre física aparece gradualmente y puede saciarse con una ensalada, un mix de frutos secos o un salmón a la plancha, mucho mejores opciones a nivel nutricional.
Cualquiera puede hacerlo…
Comer con conciencia se centra en pequeños cambios durante las comidas, como limitar las distracciones, comer despacio, pararse al sentir que está saciado y tomarse tiempo para saborear la comida.
Estas prácticas puede adquirirlas cualquiera, independientemente de tu género, etnia, poder adquisitivo y preferencias alimenticias. Una dieta a largo plazo saludable, equilibrada y llena de comidas sabrosas, frescas y nutritivas se traduce en una mejor forma de vivir.