En lo económico se han tomado decisiones que serán efectivas
Como el resto del mundo, República Dominicana sufre tres crisis simultáneas e interrelacionadas: de salud, económica y social. En lo sanitario se han perdido más de 3 mil vidas y enfrentado unos 300 mil contagios; en lo económico: parálisis, pérdida de ingresos y contracción general y en lo social, consecuentemente, agudo incremento del desempleo.
Sin dudas en salud el Gobierno ha hecho un esfuerzo excepcional colocándose muy por debajo de situaciones críticas de varias naciones de la región. El programa de vacunación es esencial en lo sanitario, económico y social por lo que se debe reaccionar ágilmente, ante la avaricia y desigualdad que se está apreciando en el mundo, para garantizarse prontamente las vacunas necesarias.
En lo económico, a mi entender, se han tomado decisiones y políticas que serán efectivas si las variables externas lo permiten y si esto es así las consecuencias sociales de la pandemia se superarán con el aumento de la producción y del empleo. Imposible desconocer que ante la situación de emergencia el país ha reaccionado con generosidad para mitigar las vulnerabilidades en que quedó buena parte de la población.
Darle a toda la ciudadanía una cobertura de salud básica ha sido relevante ante la pandemia y para el futuro de buena parte de la población que sufre marginalización.
Las cifras sobre la economía en 2020, no por generales, pueden dejarse de considerar dramáticas: contracción económica del 6%, más de 10 mil millones de dólares menos del PIB; disminución del ingreso per cápita en 1052 dólares o 12,3%; la deuda pública cerró rozando 68% del PIB; disminución del comercio exterior; el turismo cayó 62,7%.
El déficit del PIB fue de 7,7%. Contradictoriamente las remesas superaron 8 mil millones, incremento de 16% a pesar de la crisis de EEUU y otras naciones que acogen a los emigrantes nacionales. Las reservas internacionales del Banco Central rebasaron 10 mil millones de dólares -13,7%- del PIB, nivel record.
Para alcanzar el 6% de crecimiento en 2021, se ha diseñado un plan de recuperación del turismo, un programa de construcción de infraestructuras, expansión del crédito privado, profundizar una alianza público-privada, rescatar el empleo. El Gobierno enfoca las exportaciones como estratégicas con un programa para llegar a 20 mil millones en 4 años.
El DR-CAFTA debe revisarse desde hace dos años pero la parte estadounidense ha dado larga y vamos a sufrir si aplican las aperturas agropecuarias previstas; olvidémonos pretender alcanzar competitividad con EEUU y hagámosle comprender que el acuerdo nos ha sido desfavorable.
República Dominicana debe aprovechar su posición geoestratégica clave y atender las potencialidades del mercado circundante. Debe superar, como he dicho desde hace muchos años, su “torticolis norteña crónica”, sin renunciar al mercado estadounidense, diversificarse, mirar también a otros lados. Olvidemos el sueño de que empresas norteamericanas saldrán de China para instalarse aquí. No van a renunciar a ese mercado.
EEUU no tendrá apoyo europeo para enfrentar los “abusos” de China porque Europa, Japón y otros ya negociaron con Beijing y Washington, no obstante discurso presidencial –para política interna- Biden va a negociar. Si hacemos lo debido será mucho más fácil conseguir empresas chinas dispuestas a instalarse aquí.