RD: campeona en gasto público

RD: campeona en gasto público

La  nómina actual de embajadores, funcionarios y empleados en el servicio exterior dominicano contrasta impresionantemente con las reales dimensiones y necesidades del país. Informaciones obtenidas en el propio Estado y en círculos de la diplomacia reafirman lo temido: los contribuyentes reciben el injustificado costo excesivo de un derroche en la creación de cargos en embajadas y consulados y República Dominicana ha dejado  atrás en nóminas de ese tipo a naciones grandes o poderosas. Una irracionalidad que hiere la sensiblidad nacional y que parece prestarse a la concesión interesada, por vínculos de amistad o de política, de sueldos en dólares -a veces altos- a gente de la que  se podría prescindir. Y que en ocasiones (según evidencias claras) ni siquiera  está presente en los destinos, como debería ser.

Es patente  que un Estado crea mala imagen nacional e internacionalmente como administrador si desborda gastos en un país con necesidades urgentes en varias áreas;  déficit alto de aulas y  un magisterio que debe recibir prontamente  mejor preparación; con un sistema de seguridad social que escasamente alcanza a los muchos marginados; con entidades  contra la criminalidad que requieren urgentes aprovisionamientos y formación; con precariedades de servicios públicos y ríos súper contaminados; sin atención a caminos vecinales; una Ciudad Colonial en crisis y  pensionados  y jubilados que mueren de hambre.

¿Un “Porvenir” sin futuro?

Hasta hace un par de años el ingenio  Porvenir constituía, con su aspecto de ruinoso abandono, un símbolo del naufragio de la industria azucarera estatal en San Pedro de Macorís  y que en su caída se llevó de paro también el movimiento económico de esa comunidad. Luego  sobrevivieron las vacas flacas de la Zona Franca  de la localidad. Gracias a una inversión española, Porvenir reverdeció de un tiempo a esta parte creando empleos. Hoy este central azucarero  confronta reveses: primero  los arrendatarios perdieron  derechos a terrenos inicialmente contemplados en el contrato y que resultaban imprescindibles para la rentabilidad.

Más recientemente se desconoció su existencia en el mercado a los fines de beneficiarse con alguna porción de la exportación preferencial a Estados Unidos. ¿Se propiciará acaso que Porvenir vuelva a paralizarse? Causa mucha preocupación esa posibilidad.

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