Para los ambientalistas, agrupados en Acción Verde, el Día de la Tierra, celebrado ayer, encuentra a la República Dominicana con pocos logros por celebrar y muchos desafíos de los que ocuparse debido a la intensa sequía, las plagas, la agricultura y los incendios forestales; lo cual incide de forma catastrófica en los bosques naturales de la isla y por tanto en la provisión de hábitats adecuados y la producción de agua.
“La situación más urgente y dramática viene dada por los fuegos forestales, los cuales han consumido varios kilómetros de bosques naturales que al día de hoy siguen ardiendo en parques nacionales como la Sierra de Baoruco y Armando Bermúdez, en tanto que otras áreas protegidas como Valle Nuevo, Los Haitises, Laguna Mallén, Parque Nacional Manolo Tavares y Laguna Bávaro han sufrido la furia de las llamas últimamente”, expresaron.

En cuanto a la sequía, señalan que se le atribuye el incremento de las plagas que diezman los bosques, en especial el denominado “barrenador del pino” (Ips Calligraphus) que ya ha provocado el corte de más de 200,000 árboles de la Cordillera Central y su control total aún no se vislumbra en el corto plazo debido a que la situación se salió de control por la pasividad y tardanza en la toma de decisiones al momento en el que los técnicos alertaron sobre la amenaza en junio de 2018.

Los activistas ambientales cuestionan que el Gobierno ha promovido por todo lo alto la gran inversión en los proyectos agroforestales de la presidencia sin embargo de poco sirven este tipo de iniciativas si en cambio se tolera y propicia un gran descuido en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Otro problema que amenaza los recursos, es la complicidad de las autoridades con infractores lo que ha alentado las violaciones.
1. Oficial
En tanto que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, aseguró que implementa la política de manejo sostenible de los recursos hídricos y del suelo a través de acciones orientadas a promover la conservación, y restauración.

2. Suelos
Dijo que este año cobra especial significado salvaguardar los suelos para prevenir los riesgos agroclimáticos, muy vinculados al estado de los ecosistemas.