Controlar la hipertensión es posible con una nutrición saludable y ejercicio físico, adaptados a cada caso; y con los tratamientos indicados por su médico.
Lo peor de la hipertensión es que se trata de un enemigo silencioso. En República Dominicana alrededor del 31% de las personas mayores de 18 años la padecen; afecta más a mujeres
El 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, una efeméride que desde el año 2013 ha mantenido vivo el mismo lema: “Conozca sus cifras de presión arterial”. La intención de esto es porque muy pocas personas saben a ciencia cierta cuál es su tensión en estado normal.
Lo peor de la hipertensión es que se trata de un enemigo silencioso, que solo cuando la persona ya la tiene muy elevada presenta síntomas, como calor corporal, orejas rojas, dolor de cabeza e incluso hay quienes sufren de vértigo a pesar de que sea un síntoma más común cuando la tensión va a la baja.
Aún así, las estadísticas son muy altas. Se calcula que aproximadamente entre el 10 al 15 % de la población mundial padece de hipertensión y la República Dominicana no se queda atrás. Se ha estimado que alrededor del 31% de las personas mayores de 18 años la padecen, ya sea como factor de riesgo o enfermedad, de acuerdo a datos registrados por el Plan Nacional de Prevención y Control de las Enfermedades no Transmisibles (2019-2024) en (ENPREFAR-HAS) 2017.
Igualmente, se encontró que la prevalencia mayor es en mujeres (32 %) y para los hombres (29.7%).
Así mismo, el documento revela que la prevalencia de hipertensión aumentó de manera significativa, casi en un 50%, desde el 2009 al 2011. El hombre fue el más afectado. Sin embargo, de 2017 en adelante se presentó una ligera disminución en cifras tensionales, siendo el sexo más afectado el femenino, a diferencia de los datos anteriores.
Entendiendo la enfermedad
Cuando se habla de hipertensión arterial se refiere a una condición o estado en que la persona presenta una presión arterial sistémica elevada. El problema con esta condición es que en muchos casos puede llegar a ser letal y rara vez provoca síntoma previos al pico alto de tensión.
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Asesina silente
La hipertensión es la principal causa de las enfermedades cardiovasculares que anualmente se cobran la vida de 17 millones de personas en el mundo. De ese total, 9,4 millones de muertes son consecuencia directa de la hipertensión.
Además de esta cifra, la hipertensión también es la responsable del 45% de los decesos por cardiopatías y del 51% de las muertes por enfermedades cardiovasculares.
Jóvenes debutantes
La Sociedad Dominicana de Cardiología (SODOCARDIO), a través de la investigación realizada por Gallup República Dominicana, encuestó 2,016 personas, divididos en la misma cantidad de hombres que de mujeres, de las cuales un 43% fueron jóvenes con edades de 18 a 34 años. De estos, el 75.4% viven en zona urbana y el 24.6% en zona rural.
A partir de este estudio, se determinó que de los pacientes diagnosticados, un 60% lleva tratamiento médico, mientras que solo el 36% está controlado.
En cuanto a los factores de riesgo, la obesidad es uno de los más preocupantes por el hecho de que el 60% de los encuestados están en sobrepeso. En ese sentido, solo el 40% realiza alguna actividad física; lo que evidencia que el 60% restante lleva una vida sedentaria.
Posibilidades de prevención
Los factores que pueden desencadenarla son: lo hereditario, el sexo, raza, el uso de drogas, fumar, la dieta rica en grasas, sal, obesidad, estrés, sedentarismo y el uso de algunos medicamentos.
La hipertensión es una enfermedad que se puede prevenir, pero siempre está latente el riesgo de padecerla porque existen muchos factores que la pueden detonar, como:
Los altos niveles de estrés pueden aumentar la probabilidad de sufrir un pico de hipertensión.
Cambios hormonales, sobre todo en las mujeres, la llegada de la menstruación puede aumentar la presión arterial.
Dietas malsanas, con una alta ingesta de sal produce en el organismo las subidas de tensión.
El consumo de cigarrillos o tabaquismo, también trae como consecuencia que la persona se vuelva hipertensa.
El sedentarismo o falta de actividad física, es otro detonante de la enfermedad.