POR JOSE CACERES
El combinado de voleibol femenino de la República Dominicana juega hoy su partido más importante en los Juegos Olímpicos de Atenas. Las criollas van contra Cuba a las 11 de la mañana de Atenas (4:00 de la madrugada hora local) y de lograr la victoria, que muchos ven lejos, pasarían a los cuartos de finales.
De caer derrotadas, entonces las pupilas de Jorge Garbey esperarán mañana el desafío contra Alemania para ir tras la próxima ronda.
Ya Dominicana ha probado lo que es vencer a las cubanas, que en esta ocasión están demostrando por qué son las actuales campeonas olímpicas.
Tienen marca de tres victorias y un fracaso, que precisamente, vino de manos de las alemanas.
La moral y la autoestima de las voleibolistas dominicanas está bien alta, debido que vienen de vencer a Estados Unidos en cinco reñidos sets.
LOS CÁLCULOS
Los cálculos han irrumpido en las mentes de las dominicanas, desligadas de cualquier aspiración olímpica hasta el pasado miércoles, cuando consiguieron la victoria 3-2 contra el conjunto norteamericano, que puso en órbita las cuentas para empezar a medir opciones.
Las posibilidades de que el equipo de Jorge Garbey atraviese la ronda preliminar del torneo para llegar hacia los cuartos de final, pasan por ganar los dos partidos que le restan, aunque puede que le baste con uno.
En cualquier caso, el primero apunta a Cuba, metido de lleno en el intento de defender la corona olímpica que ganó durante las tres recientes ediciones de los Juegos, una vez culminado el proceso de reconversión generacional al que los técnicos han sometido al equipo. Perdió contra Alemania pero batió a China y Rusia, dos de las más grandes potencias del universo del voleibol femenino.
El bisoño equipo dominicano ya sólo puede estar sometido a la presión del torneo. Pero no a la imposición cubana, a la que ya tumbó el pasado año en dos ocasiones: la primera en el Torneo Panamericano disputado en México en junio del 2003 y que supuso terminar con un lastre de treinta y cinco años. La segunda, dos meses después, en agosto, en la final los Juegos Panamericanos de Santo Domingo.
«El hecho de que hayamos ganado a Cuba hace poco es una situación contradictoria para nosotros. Por un lado sabemos que es un equipo al que podemos ganar. Pero por otro, ha despertado la alerta de nuestro rival, que tomará las precauciones oportunas para que no volvamos a conseguirlo. Además, siempre que últimamente nos enfrentamos el duelo es muy igualado», dijo a EFE el entrenador del cuadro criollo, el cubano Jorge Garbey.
La victoria dejaría encarrilada la clasificación para los cuartos de final aunque todavía resta el enfrentamiento contra Alemania. El triunfo de Cuba pondría la situación en manos del duelo contra las germanas y al combinado de Luis Felipe Calderón plenamente clasificado.
En esto mucho tendrán que decir el resto de enfrentamientos del Grupo B. Las jugadoras alemanas se enfrentan a China y Estados Unidos a Rusia.
Menos cábalas necesita Brasil, prácticamente metido en las eliminatorias y cuya lucha se limita a asegurar la primera plaza del Grupo B para plantear un cruce más benévolo. El bloque de Jose Roberto Guimaraes «Ze Roberto», único invicto del torneo femenino, juega contra el anfitrión, Grecia, que a pesar del apoyo del público no ha podido desligarse de su condición de comparsa.
La lucha está por el resto de plazas. La segunda está medio amarrada por Italia, que se enfrenta a Kenia. Para el resto, mucho dejará aclarado el choque entre Japón y Corea.