En las guerras por la independencia dominicana participó un considerable número de extranjeros y muy pocos han recibido el reconocimiento de una calle en Santo Domingo, excepto José María Imbert (Joseph Marie Barthélemy Imbert) recordado por un estrecho callejón de San Carlos. El héroe, lugarteniente de Matías Ramón Mella, que luchó contra los haitianos en Santiago y en Beler, era nativo de Francia y atrajo a las batallas a sus compatriotas residentes en Santiago, Achilles Michel, Pierre Bergés, Furcy Fondeur, Monsieur Douans y Pedro Pelletier.
Varios historiadores, entre ellos Radhamés Hungría Morell, se refieren al concurso de estos emigrantes que fueron, dice, “maestros o instructores del arte militar de muchos de los jóvenes oficiales nuestros, factores preponderantes, entre otros, del brillante triunfo militar obtenido por nuestras tropas”.
El propio Imbert, al dirigirse al cónsul de Francia en el país, Eustache Juchereau de Saint Denys, el 13 de junio de 1844 expresaba: “Los pocos franceses que se encuentran en esta parte, todos, han abrazado con ardor la causa dominicana y han contribuido de todas las maneras a su alcance, a hacerla triunfar…”.
Otros galos fueron José Dumornez, que lució el grado de Capitán Ayudante Mayor. Murió en Higüey donde ocupó los cargos de Comandante de Armas y Alcalde Constitucional; Carlos Fagalde, comandante de marina que guió el buque de guerra “27 de Febrero”. Hizo el crucero de 1849 contra las costas haitianas.
También Emilio Permantier, artillero, que firmó el Manifiesto del 16 de Enero y estuvo en la Puerta del Conde el 27 de febrero. Se distinguió en las campañas del Sur, ascendido a teniente coronel. Fue expulsado del país en 1845. De él dice Vetilio Alfau Durán en sus notas inéditas que figura como fusilado en Samaná en 1867.
Beltrán Verón y Gramout era también francés, miembro del ejército separatista. Falleció en Higüey, donde estuvo dedicado al negocio de madera, el seis de febrero de 1875. Era hijo de Juan Bautista Gregorio Verón y Gertrudis Lagel Gramout, “residentes en París, reino de Francia”.
Del mismo país procedía Juan Cheri Victoria, destacado en el Sur, especialmente en las acciones de Las Carreras y El Memiso. Llegó a obtener el grado de general y fue Comandante de Armas en Baní, en 1856. Antes había tenido ese cargo en Azua. Pedro Mir refiere aspectos de su vida política y empresarial en el libro “La noción de periodo en la historia dominicana”, reeditado por el Archivo General de la Nación. Víctor M. de Castro también alude a Victoria en “Del ostracismo”.
De Pedro Eugenio Pelletier consigna Luis Alemar en “Mención de próceres” que “combatió con arrojo en Santiago bajo las órdenes del general Imbert y se distinguió en la batalla del 30 de Marzo. Alcanzó el grado de general y fue ministro de lo Interior y Policía en 1852. En 1855 fue condenado a muerte, siéndole conmutada la sentencia. Estuvo expulso”. Narra que este fue un antiguo militar y guerrero en Europa y que murió en Puerto Rico durante su último destierro.
En homenaje a Achilles o Aquiles Michel hay una calle en Los pepines, de Santiago. Este comandante fue ayudante del coronel Pelletier en la batalla del 30 de Marzo. Sus descendientes Emilio Cordero Michel, Eduardo García Michel y José Peralta Michel han rescatado su historia en la genealogía de la familia Michel que publicó José en 2007.
Otros extranjeros. Las acciones y el valor de Juan José Illas, venezolano, han sido puestas de relieve por historiadores como José Gabriel García, Alemar, Alfau Durán y se le dedicaron artículos en El Eco de la Opinión, El Eco del Pueblo, El Progreso, la revista Clío. Se distinguió en varios combates y es considerado “uno de los principales separatistas con Juan Pablo Duarte, de quien fue amigo leal”.
Alemar agrega que “muy perseguido por los haitianos, se le redujo a prisión, siendo expatriado en 1844 junto con Duarte, Sánchez y otros. Illas llegó al país por causa de los disturbios políticos que turbaban su patria. “Fue muy adicto a los trabajos de independencia que por ese tiempo elaborábamos contra Haití”, se publicó. Era escritor, poeta y de él se conservan elegías y sonetos. Murió en Venezuela.
Entre los haitianos solidarios con los dominicanos en las luchas independentistas están Juan Francisco Guillermo, que estuvo en diferentes acciones de guerra desde que se adhirió al movimiento en La Vega. También los hermanos Montblanc (no se ofrecen sus nombres). Son llamados próceres de la Independencia. Fueron expulsados con Duarte el 10 de septiembre para Alemania, a perpetuidad, significa Alemar.
Otro revolucionario por la Independencia, de origen haitiano, era el “Capitán Phillipeau”, residente en La Vega. “Abrazó con entusiasmo la causa dominicana, sumándose al Movimiento Separatista y participando en varios combates”.
De Haití era, además, Simón Vallón, que desde Puerto Plata apoyó a los patriotas en 1844 y fue perseguido por ser duartista. “Se refugió en Haití y fue obligado a tomar parte en una expedición contra la República, la cual naufragó en Puerto Plata en 1845. Reducido a prisión, lo sometieron a un consejo de guerra que lo condenó a muerte en Santo Domingo”.
Y está el presbítero Juan Puigvert, español, natural de Palafox, iniciador del grito de Independencia en “el Cotuy”. Llegó a Santo Domingo en 1836 y estuvo entre los firmantes del Manifiesto de la Separación del 16 de Enero. Es el que ha recibido mayores homenajes de todos los extranjeros que ofrecieron sus servicios a la Patria dominicana. Una calle de Cotuí lleva su nombre y en la iglesia de la Inmaculada Concepción de ese pueblo, donde fue sepultado, figura la inscripción: “Aquí descansan los restos del padre Puigvert, cura párroco de esta iglesia desde 1836 a 1886. Luchador independentista y firmante del glorioso Manifiesto del 16 de enero de 1844”.
La vía que le rinde tributo está localizada detrás del templo, paralela a la calle Mella, al lado del parque central de esa ciudad.