El país tiene un gasto público muy bajo que limita su estrategia de desarrollo
Aumentar los ingresos fiscales será clave para que la República Dominicana se recupere de la pandemia, retome la senda de la sostenibilidad fiscal y expanda su capacidad de invertir en la gente incrementando los servicios públicos a los ciudadanos, afirma un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Destaca que el país tiene el segundo gasto público más bajo de América Latina, de 16.6% del PIB, muy por debajo del promedio regional de 27.2% del PIB.
Esta cifra limita la capacidad del Estado de brindar servicios públicos de calidad y de asegurar la igualdad de oportunidades en el acceso a las personas. Por eso es necesario que el país aumente sus ingresos fiscales como parte de su estrategia de desarrollo sostenible.
Además resalta que el país debe reducir el recurrente déficit fiscal para lo cual se requiere un aumento significativo de los ingresos que, comparados con los demás países de América Latina, son excepcionalmente bajos.
Cita que República Dominicana recaudó solamente 14.4% del producto bruto interno (PBI), comparado con un promedio de 24% para la región, en el 2019.
Explica que República Dominicana tiene una de las bases imponible (sujetos que deben pagar impuestos) más reducida de la región, debido principalmente a la complejidad del sistema impositivo que dificulta el combate de la evasión y la elusión de las obligaciones tributarias. Así como las exenciones y los demás beneficios impositivos, que dificultan y complejizan el cumplimiento fiscal.
“Para elevar la recaudación tributaria a niveles más cercanos a los del resto de la región, resulta inevitable encarar una reforma fiscal integral, sin la cual no va a ser posible revertir las dos grandes deudas que acarrea el país de manera sostenible”, afirman Joaquín Zentner, economista país del Grupo BID, y Ariel Zaltsman, especialista sectorial de la división de Gestión Fiscal (FMM) del BID en República Dominicana, quienes elaboraron el análisis sobre el país.
Razones de los bajos ingresos. Sobre el alto nivel de incumplimiento, destacan que la administración tributaria del país ha introducido mejoras en los últimos años que han permitido un aumento en la recaudación del ITBIS y el impuesto al valor agregado. Y esperan que con las mejoras todavía en curso y la introducción de otras nuevas, tales como la masificación de la factura electrónica, contribuyan a seguir reduciendo la evasión y la elusión en el pago de impuestos.
Sin embargo, destacaron que la evasión debe atacarse. A Modo de ejemplo citaron que en el caso del ITBIS, la proporción de la base imponible potencial que está exonerada asciende a más del 50% del total. “Sumado a esto, la mayor parte de esos ingresos potenciales no gravados favorecen a los estratos sociales de mayor poder adquisitivo, con lo cual agudiza la desigualdad distributiva en un contexto en el cual amplios sectores de la población viven en la pobreza o en la indigencia”, expresan Zentner y Zaltsman.
Explicaron que la crisis sanitaria y económica causada por la pandemia del COVID-19 ha forzado al país a implementar medidas de emergencia, que se financiaron a través de un aumento del endeudamiento público. Esto llevó a que al cierre de 2020 la deuda pública alcanzara cerca del 70% del PIB.
La deuda social
El análisis dice que el bajo nivel de gasto ayuda a explicar por qué, mientras que la economía dominicana crecía a una de las tasas promedio más altas de la región, los índices globales de calidad de vida del país progresaron a un ritmo mucho más lento. “Esta brecha constituye de por sí también una deuda del país con sus ciudadanos; particularmente, con los que menos tienen”, dice.