La República Dominicana debe ir preparándose para hacer frente al incremento de costos que conlleva para la seguridad social el envejecimiento de la población, pues según admiten las propias autoridades, ya el país está en un proceso de transición demográfica como resultado del descenso en las tasas de fecundidad y mortalidad.

Aunque todavía la sociedad dominicana es joven, se espera que en las próximas décadas la población adulta mayor de edad crecerá a un ritmo más rápido en comparación con el resto de los grupos etarios.

Para el 2025, el 12 por ciento de la población estará sobre los 60 años, y en el 2050 casi se duplicará la cifra, hasta alcanzar alrededor de un 21 por ciento, de acuerdo a un trabajo que publica la revista Informa del Consejo Nacional de la Seguridad Social.

Este incremento de la población en las edades más avanzadas indica el inicio del proceso de envejecimiento, el cual se refleja también en los indicadores que se utilizan para medir el nivel en que se encuentra el proceso.

El primer indicador es la edad media de la población, que en el período 97—2000 aumentó en siete años, al pasar de 19 a 26 años. Se espera que para el 2025 alcance los 31 años y crezca en siete años más para el 2050.

El otro indicador es el índice de envejecimiento, que también revela un aumento sostenido de la población adulta mayor. En el 2020, el país alcanzará un valor de 23.7 personas mayores de 60 años por cada 100 menores de 15 años, y se espera que en el 2025 haya por cada 100 menores de 15 años 45 personas mayores de 60 años, y 108 personas 25 años más tarde.

Es sabido que el proceso de envejecimiento de la población ha representado para las sociedades donde se ha producido este fenómeno un importante reto para el sistema sanitario, no sólo porque el gasto sanitario per cápita aumenta con la edad, sino también porque implica un cambio del carácter mismo de las atenciones y cuidados demandados.

Esto obliga a hacer los cambios que requiera el sistema para evitar presiones financieras que lo conduzcan a la insostenibilidad.

Según el trabajo publicado, la tasa global de fecundidad ha descendido en el país de 7.4 hijos por mujer en el quinquenio 1950-1955 a 2.6 en el de 2005-2010.

Asimismo, se señala que la esperanza de vida de dominicanos y dominicanas aumentó en 24 años en el período 1950-2000, al pasar de 51 a 71 años y a 73 años para el 2010. Además, la mortalidad infantil descendió de 149 defunciones por mil nacidos vivos en 1950 a 28 por mil en 2010.

“Las variaciones en estos tres indicadores dan cuenta del gran cambio demográfico por el cual transita el país, que se ha traducido también en un ritmo de crecimiento de la población más lento que en el pasado y en un cambio en la estructura por edades de la sociedad”, se señala.