Empresarios y expertos destacaron ayer que el país debe prepararse para transformaciones inmediatas ante la cuarta revolución industrial, donde los empresarios y sectores productivos se adecúen a estos cambios, tomando en cuenta la importancia de invertir en innovación local y donde el Gobierno y el sector privado trabajen juntos los desafíos comunes que enfrentan.
Estos son algunos de los planteamientos expuestos por los expositores en el panel “Tendencias Globales 2017 y su impacto local”, realizado por el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep). Al participar en el panel, el empresario Manuel Díez Cabral aseguró que la tecnología juega un rol importante en los procesos productivos.
Indicó que las empresas deben evaluar sus modelos de negocios para que en el marco de estos cambios tecnológicos continúe dinamizando la economía. Dijo que para que los empresarios puedan continuar su aporte a la productividad y tener acceso a los capitales, es importante contar con un gobierno corporativo.
Para el experto en liderazgo Jesús V. Izquierdo, profesor en el IE Business School, los aspectos más importantes que el país tiene que atender en la cuarta revolución son, en primer lugar, la gobernabilidad, donde las empresas deben adaptarse a la revolución 4.0 y diseñar estrategias en estos conceptos.
En segundo lugar, buscar talento dentro de la empresa y que sean cómplices de lo que quiere la empresa.
En tercer lugar, el tema energético, que considera imprescindible para poder ser competitivo porque todo necesita conexión.
Para Paola Santana, co-fundadora de Matternet, entre los desafíos que tiene el país está primero consumir innovación pero luego crearla y exportarla.
Dijo que el país puede crear innovación en base a problemas específicos que tiene. Así mismo, indicó que el país deben crear programas de emprendimiento en todos los niveles educativos.

Agregó que también a los estudiantes se les debe dar fondos para sus emprendimientos.
Por otro lado, Antoni Gutiérrez-Rubí, fundador y director de Ideograma, señaló que esta revolución tiene grandes oportunidades y a su vez grandes consecuencias, ya que con la misma habrá perdedores y ganadores y algunas empresas no se adaptarán a los cambios.
Recomendó que desde las políticas públicas se piense en metodologías que permitan acompañar a las empresas en los procesos de transformación para que no sean tan traumáticos.