RD empeña su presente y futuro

RD empeña su presente y futuro

POR FAUSTO ADAMES
En la actual circunstancia de estancamiento que vive el país, muy poco puede hacer la presente administración más que concentrarse en infundir confianza a los agentes económicos y quitarle presión al dólar para que bajen los precios, se reduzca la inflación y respiren algo los bolsillos de los dominicanos.

Es por esto que a solo semanas de haberse iniciado, esta gestión se siente atada de pies y manos. Y es natural que se sienta así un gobierno que heredó una deuda pública externa que se situaría a fin de año en un 61% del Producto Interno Bruto (PIB), una inflación que alcanzaría el 25% y un crecimiento negativo equivalente a -4%, según los pronósticos del Banco Suizo UBS.

Mientras que las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) son más optimistas, ya que la institución prevé una inflación de 14%, un crecimiento económico de -1% y un aumento de la deuda pública externa equivalente al 54% del PIB para el 2004.

A pesar de que ambos escenarios ofrecen un panorama desalentador, las últimas informaciones del Banco Central y la baja que ha obtenido la moneda extranjera en el mercado de divisas, en cambio, brindan alguna aunque remota esperanza de que las perspectivas económicas mejoren.

“Sin embargo, el gobierno está pagando tasas de intereses muy altas por su deuda pública y corre el riesgo de caer en una trampa de endeudamiento”, revelan las advertencias que hace el economista norteamaricano Steve H. Hanke, en su informe titulado “La República Dominicana: Resolviendo la Crisis Bancaria y Restaurando el Crecimiento”.

Hanke, quien es profesor de Economía aplicada de la Universidad de Johns Hopkins, también advierte que “aunque muchos observadores todavía piensan que el país evitaría tal trampa, la economía está como el filo de una navaja, y si no hay una estrategia en la mesa de negociaciones para revertir esta situación, los pronósticos concernientes para evitar está trampa de endeudamiento podrían pasar rápidamente de ser algo más que una ilusión a convertirse en una realidad.”

EL CÍRCULO VICIOSO

El economista advierte, además, que “para financiar el costo directo de la deuda de Baninter, el gobierno restauró las medidas clásicas: imprimiendo dinero inorgánico con lo cual emitió más deuda, elevando las tasas impositivas, y el resultado indirecto de este costo también ha sido el clásico: una combinación tóxica de espiral inflacionaria junto a una depreciación de la moneda, lo que ha elevado las tasas de interés a niveles insostenibles, provocando un colapso de la confianza y una contracción de la economía en general”.

Esto ocurrió, explica el economista, “porque la base monetaria creció de RD$39 mil millones en abril del 2003 a RD$78 mil millones a diciembre del mismo año. No obstante, el gobierno pensó que resolviendo la deuda de Baninter imprimiendo solo dinero inorgánico, podía llevar a una disolución completa de la moneda. En consecuencia, el Banco Central también emitió RD$55 mil millones de pesos nuevos en certificados de participación en el 2003. Luego, tratando de hacer los certificados más atractivos para el público, “es decir más que eso tuvo que ser puesto en la trampa: El Banco Central ha hecho esto pagando tasas de interés muy elevadas por los certificados de participación”, afirma el economista.

Hanke cita como ejemplo que, en la subasta del 19 de mayo del 2004, el promedio del margen de beneficio en los certificados de depósitos a 14 días emitidos por el Banco Central, fue de 60.25%, mientras los certificados de depósitos a 35 días se vendieron a una tasa promedio de 58.78%, y fueron menos populares que los primeros,  además de que los certificados de participación a 56 días se vendieron a una tasa promedio de 56.12%, y fueron todavía los menos populares de todos.

Según Hanke, el total de financiamiento de la impresión de dinero inorgánico, más la emisión de deuda del gobierno, excedió el monto original de los RD$55 mil millones de la deuda de Baninter, por la depreciación del peso y porque el Banco Central prestó también dinero a los bancos más pequeños que tenían problemas.

El gobierno además aumentó los impuestos notablemente, con el 5% de impuesto a las exportaciones, e introdujo mayores controles de precios. Por último, para aliviar el golpe que ha sufrido la economía del país, arribó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en enero de este año. Si embargo, este acuerdo ha sido suspendido, y es la presente administración la que tiene el reto de reanudarlo, para evitar las situaciones de riesgos de endeudamiento público expresada por el economista.

AUMENTO ALARMANTE DE LA DEUDA EXTERNA

Mientras tanto, la deuda pública externa ha aumentado en un 72% en los últimos cuatro años, al pasar de los US$3,684.7 millones en que se encontraba en el 2000 a los US$6,332 millones en que está al 30 de junio del 2004, de acuerdo con el último informe de la Economía Dominicana elaborado por el Banco Central.

Según estas cifras, la deuda pública externa ha mostrado un crecimiento relativo equivalente a 233.33%, al aumentar de un 18.53% como porcentaje del PIB que registraba para el 2000 a más de 61% del PIB al 30 de julio de este año.

El BC explica que la deuda pública externa no ha tenido variaciones significativas en su estructura, según cifras revisadas. También detalla que durante el período enero-junio del 2004, el sector público recibió desembolsos de préstamos de mediano y largo plazo por valor de US$554.9 millones, de los cuales el 60.3% provino de organismos multilaterales, de fuentes bilaterales y el resto de acreedores privados.

EL RETO

Durante la década 1992-2002, la República Dominicana fue un suceso económico. El PIB real creció un 74% en este período. Como resultado, el nivel de ingresos per cápita creció con relación al de Estados Unidos, aumentando de cerca del 12% del nivel de norteamérica en el 1992 a un 18% en el 2002. También, la inflación se mantuvo en un dígito, excepto en 1995 ( que fue de 14%), y en el 2002 llegó a situarse en 10.5%. Además, la deuda del gobierno estaba relativamente baja, alcanzando solo el 26% del PIB para ese año.

En mayo de este año, Leonel Fernández fue electo presidente, según el economista, esta ha sido la parte más fácil. “Ahora Fernández está en la obligación de desarrollar una estrategia para revertir la economía, lo que requeriría de un empujón de confianza y reformas emprendedoras.

Publicaciones Relacionadas