POR MARIO MÉNDEZ
El economista Markus Rodlauer, quien junto a Alfred Schipke editó un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre América Central: Integración Mundial y Cooperación Regional, que presentaron ayer en el país, afirmó que la crisis bancaria dominicana constituye un “ejemplo de libro” del alto costo que tiene para un país que el sistema bancario opere sin un adecuado marco regulatorio.

Rodlauer dijo que aunque el costo financiero de la crisis bancaria dominicana del 2003 fue equivalente al 20 por ciento del Producto Interno Bruto.

Explicó que como resultado de esa crisis bancaria, la deuda pública se disparó y el gobierno ha tenido que utilizar recursos para enfrentar esa deuda que se han dejado de destinar a mejorar la situación de los pobres y a inversiones en infraestructuras necesarias para el crecimiento económico.

Además, afirmó que esa crisis provocó que el índice de vulnerabilidad de la economía dominicana, que era bueno, se deteriora debido al gran incremento de la deuda pública.

Rodlauer y Schipke hablaron en un acto celebrado en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, donde presentaron el señalado estudio.

Al responder preguntas del diputado Pelegrín Castillo, quien lo abordó sobre las dificultades que están teniendo las empresas dominicanas para accesar al crédito bancario por lo que definió como sobreajuste en el reglamento de evaluación de activos, Rodlauer dijo que en todos los países donde ha habido una crisis bancaria de la magnitud de la que se produjo en el 2003 en la República Dominicana, se produce un necesario ajuste que restringe el crédito bancario durante varios años.

Explicó que luego de pasar varios años, después de la crisis bancaria, es que las empresas hacen los ajustes necesarios y aparecen nuevos clientes que califican para la obtención de nuevos créditos que cumplen con nuevas regulaciones.

Afirmó que las estadísticas correspondientes a los años que precedieron a la crisis bancaria del 2003, revelan que la economía dominicana hubo un exceso de crédito, lo cual explica el ajuste posterior para llegar a una situación de equilibrio.

Afirmó que la reforma bancaria y el fortalecimiento de instituciones reguladoras independientes no sólo es necesaria para preservar la salud del sistema financiero, sino también para preservar los pocos recursos de que dispone el Estado para invertirlos en programas contra la pobreza y en inversiones de infraestructura.

El estudio del FMI afirma que la consolidación de un sistema de supervisión bancaria consolidada constituye un enorme desafío para América Central y la República Dominicana.

Explica que en las jurisdicciones en las cuales se ha intentado establecer dicho sistema, la estructura jurídica de las empresas algunas veces dificultó el proceso.

Agrega el estudio que “también resulta necesario evaluar detenidamente la definición de grupos financieros y los criterios contables para la consolidación de los estados contables financieros deben ser claros”.

Por otro lado, el estudio plantea que la integración y consolidación del sector financiero en la región ayudarán a los países centroamericanos y a la República Dominicana a aprovechar las economías de escala y a promover la competencia y la eficiencia”.

En sus palabras de presentación del estudio, Rodlauer también afirmó que uno de los problemas que han dificultado que la región tenga un mayor crecimiento es el alto costo de los ahorros y los préstamos bancarios.

Afirmó que el costo de intermediación financiera en la región es el doble en el resto del mundo y hasta más del tiple de las economía más dinámicos de Asia.