República Dominicana lidera la región del Caribe en productividad y en mejoras del cultivo del arroz y también avanza en el fortalecimiento y rendimiento de otros cultivos como yuca, habichuelas, guandules, pitahaya, entre otros.

Así lo afirmaron los directivos del Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Coniaf) Juan Modesto Chávez, director general; Carlos Sanquintín, asesor de la dirección ejecutiva, y Henry Guerrero, encargado del Departamento de Agricultura Competitiva, al participar en el Encuentro Económico de HOY.

Chávez destacó que la entidad trabaja para facilitar la ejecución junto a otras entidades de planes, programas y proyectos de investigación que atienda las demandas tecnológicas de los sectores productivos.

Resaltó que durante los últimos años han realizado 138 socializados de diferentes investigaciones que han financiado y su equipo de trabajo de 24 personas siempre está trabajando en las provincias del país.

Sobre el caso del arroz, Chávez expuso que variedades creadas en la Estación Arrocera de Juma, Bonao son adquiridas por personas de Cuba, Panamá, Puerto Rico y Haití.

«Nosotros somos la cabeza en variedades de producción de arroz, somos autoridades en la región y vienen aquí a buscarlas. Puerto Rico no solo las usa, sino que tiene los técnicos de aquí trabajando allá”, expresó Chávez.

Sanquintín explicó que la siembra del arroz es muy importante para los dominicanos, pues se estima que su cultivo involucra unas 250,000 personas en sus diferentes fases de producción y comercialización, con unos 30,000 productores involucrados y representa alrededor del 25 por ciento de la ingesta de las calorías diarias del pueblo dominicano.

Además, se estima que cada dominicano consume unas 110 libras de arroz blanco por año. La siembra se estima en unas 140,000 hectáreas por año (2,225,000 tareas).

Indicó que en 2008 se consideró el vaneamiento del arroz como el principal problema tecnológico del cultivo, ya que hasta el 80% de la producción, tenía la presencia del problema y había que hacer grandes inversiones en plaguicidas.

Es por esto que el Coniaf decidió apoyar las propuestas que le fueron presentadas para buscar soluciones al mismo. Para el 2014, ya se tienen resultados y en concordancia con sus atribuciones, el Coniaf mostró los resultados de la investigación y las socializó para su efectiva aplicación. Se aplicó una nueva tecnología para el vaneamiento en el cultivo del arroz y se identificaron genotipos tolerantes a esta enfermedad.
Esos proyectos fueron ejecutados por técnicos del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) y colaboradores de la Estación Experimental Juma.
Estas nuevas tecnologías y variedades del cultivo de arroz han ayudado a enriquecer el patrimonio dominicano en cuanto a técnicas de producción de arroz, al mismo tiempo a favorecer la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y la rentabilidad del cultivo.

Nuevas variedades de habichuelas. Chávez expuso que han presentado nuevas variedades de habichuelas, algunas de estas biofortificadas, logradas tras años de investigación y que se están aplicando en el país primero que en países de África.
Enfantizó que no son organismos genéticamente modificados, sino que son habichuelas con mejoramiento tradicional por cruzamiento de variedades y que están fortificadas con zinc, aluminio y hierro y que además tienen mejor rentabilidad, de unos tres quintales por tarea.

Chávez expuso que la meta es que estas habichuelas fortificadas pueden ser usadas masivamente, pero para esto se necesita política pública de parte del Ministerio de Agricultura.

Expresó que estas se han realizado en la estación experimental en Arroyo Loro en San Juan de la Maguana, pero estas son producidas mínimamente en el país. Sin embargo, empresarios haitianos sí ven la importancia de estas habichuelas y las compran para sembrarlas en su país.

Los directivos del Coniaf expresaron que estas habichuelas tienen un impacto importante en la reducción de la anemia y con esta la disminución de enfermedades en la población.

La entidad ha trabajado también con una nueva variedad de guandules de alta productividad, producidos en Arroyo Loro. Este guandul tiene la particularidad de que la planta produce durante todo el año y en solo dos años su aporte a la economía de San Juan es de más de RD$500 millones. Este cultivo también debe ser implementado masivamente por el Ministerio de Agricultura.

Sanquintín resaltó que el país consume un millón 200 mil quintales de frijoles por año, pero todavía se importa y estas importaciones deben reducirse.

Nuevas variedades de yuca. Agregaron además que el Coniaf ha apoyado nuevas variedades de yuca, que ha permitido que este tubérculo mejore su calidad, pueda competir en los mercados internacionales y aumente su productividad, hasta tres veces más que otras variedades.

Guerrero destacó que en muchas zonas del Cibao se está usando la yuca Valencia, tanto para vender en el país como para exportarla. Esta es una yuca dulce, cuyo proceso de cocción es de tiempo corto.

Además, hay dos variedades de yuca amarga que se utilizan para casabe, que son la Lina 40 y 21, que tienen la particularidad de que pueden venderse localmente como un tubérculo y utilizarse para elaborar casabe. Actualmente se producen especialmente en Santiago Rodríguez.