Para la República Dominicana son muchos y fuertes los lazos que la unen a Francia, desde que, en el siglo XVIII, a consecuencia del Tratado de Basilea, España le cede la parte española de la isla, de cuya parte occidental ya tenía posesión. No pretendo hacer un recuento histórico aquí, sin embargo, es importante destacar un aporte trascedente para el desarrollo jurídico de nuestro país, como lo fue la adscripción al sistema jurídico más avanzado del momento, con la adopción de los códigos napoleónicos, a consecuencia de la invasión haitiana de 1822. Legislación que la República Dominicana mantuvo después de la Restauración, no solo por el tiempo que ya venía aplicándose, sino porque era la más moderna de la época.
Ambos países siempre han mantenido una relación bastante sólida a través de la firma de acuerdos de cooperación en diversas áreas de la economía y la cultura. Desde hace muchos años ha sido importante la presencia de las empresas francesas en el sector de las telecomunicaciones. En el ámbito del comercio, hemos suscrito acuerdos de cooperación en el sector cinematográfico y en el de transporte masivo. En este último, empresas francesas han realizado inversiones en proyectos como el Metro de Santo Domingo y el Monorriel de Santiago, por ejemplo. Y se ha destacado significativamente la inversión francesa en empresas del sector turístico, grandes cadenas hoteleras se han radicado en el país, sobre todo en la región del Este. Hemos recibido una gran cooperación de los franceses en el perfeccionamiento y comercialización de nuestro cacao y exportamos a esa nación una buena cantidad de frutos dominicanos. Las playas dominicanas son preferidas por los franceses para vacacionar. La entrada de turistas franceses el año pasado fue de 143,812, y para este año se espera que lleguen al país más de 150,000.
Francia siempre se ha destacado por estar a la vanguardia de los movimientos en pro de las reivindicaciones ciudadanas. Cuna de la ilustración y de escritores como Víctor Hugo, Alejandro Dumas, Alberto Camus, Emil Zola, entre muchos otros. La revolución francesa, con su lema libertad, igualdad y fraternidad, marcó el inicio de una nueva era en la historia de la humanidad.
No se puede citar el desarrollo histórico de las relaciones dominico-francesas sin citar el aporte de la Alianza Francesa de Santo Domingo, Inc., AFSD, asociación sin fines de lucro, con 110 años de formación, cuyo propósito es promover la cultura y lengua francesa. La AFSD forma parte de la red de Alianzas Francesas que cuenta con centros en más de un centenar de países alrededor del mundo, esparciendo junto con el idioma y la cultura, un mensaje de convivencia, fraternidad, igualdad y solidaridad por todos los rincones del planeta.
Recientemente, la Alianza Francesa de Santo Domingo, Inc., me ha extendido una invitación para ser incorporado como miembro de esa prestigiosa institución. Esta invitación no hace más que renovar el vínculo que siempre me ha unido al pueblo francés, desde que en 2002-04 tuve la oportunidad de vivir en Paris y estudiar una especialidad en derecho.
De modo que para mí es un gran honor ser parte de la gran familia AFSD y colaborar con estrechar más los lazos que me unen y nos unen como pueblos que históricamente han estado vinculados a través de la historia. ¡Viva la República Dominicana! y ¡Vive la France!.
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