Un nuevo modelo de turismo está ganando popularidad, y opacando la tradicional propuesta del “todo incluido” de las grandes cadenas hoteleras. Se trata del turismo comunitario, en el que la comunidad es la que vende el destino turístico, proporciona los productos, servicios y atracciones que interesan al turista, y por supuesto, percibe directamente los beneficios económicos generados. Se estructura a través de una cooperativa u organización comunitaria en la que todos participan.

“Está en pañales en el país”, explica el director del Departamento de Extensión Comunitaria, Ramón Romero, del Ministerio de Turismo. “Es turismo de alto nivel”, porque el que escoge alternativas como esta viene con mucho dinero. “No se queda en los hoteles. Usa el burro, el motoconcho, el caballo… beneficia a los comunitarios. Es de largo tiempo, porque viene por varias semanas. Es el tipo de turista que no viene por un paquete, sino porque se interesó en el país y va a las comunidades a buscar lo que ellos tienen y venden”.

En República Dominicana existen dos experiencias de turismo comunitario que cumplen con esta definición. Una es “Sonido del Yaque”, en la comunidad de Los Calabazos de Jarabacoa, fundado por Esperanza Marte, y otra es el “Centro Ecoturístico Canto del Jilguero de Cachote”, en Barahona, administrado por Maltiano Moreta y la Sociedad Ecológica de Paraíso (SOEPA). Son contados los países que tienen este tipo de turismo -explica Romero, -nosotros estamos haciendo pininos, añade, e incluye otros dos ejemplos similares al turismo comunitario, pero que en realidad son “co-manejos” que involucran a Medio Ambiente y empresas privadas: el

Salto el Limón en Samaná y Los 27 Charcos en Puerto Plata.
El funcionario explica que hoy más que nunca el Ministerio está interesado en promover este tipo de turismo, que no sólo es completamente sostenible, sino que puede convertirse en el sustento de las comunidades que lo desarrollen.

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Ministerio prueba con turismo religioso

La “Ruta de la Fe”, en La Vega, se ha convertido en el plan piloto del Ministerio de Turismo con una inversión de más de 700 millones de pesos, que incluye la remodelación de la iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, construcción de albergues y vías de acceso al Santo Cerro, y la apertura del Museo del Padre Fantino Falco. La idea es involucrar a los comunitarios a fondo en este proyecto y que sean ellos quienes perciban los ingresos que genere la visita de los turistas.