Hoy 
Ha habido retroceso en los indicadores eficiencia del gobierno y en el control de la corrupción, y se han obtenido progresos en los indicadores estabilidad política y en el imperio de la Ley
Por MARIO MÉNDEZ
La República Dominicana mantiene bajos los indicadores de gobernabilidad, y aunque en algunos de ellos ha logrado progresos, en otros ha registrado reveses, según los resultados de los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial, actualizados al año 2006.
De acuerdo al informe, en los indicadores que ha habido un mayor retroceso es en el de la eficiencia del gobierno, que bajó de 51.7% en el 1998, a 45.5% en el 2002 y a 37.4% en el 2006, así como en el control de la corrupción, indicador que descendió de 39.8% en el 1998, a 41.7% en el 2002 y a 34% en el 2006.
En cambio, mejoró el indicador de la estabilidad política, que subió de 31.3% en el 1998 a 51.4% en el 2002 y a 52.9% en el 2006.
Otro indicador que mejoró es el imperio de la Ley o estado de derecho, que pasó de 36.7% en el 1998 a 38.1% en el 2002 y a 39.5% en el 2006. Se ha mantenido sin cambios significativos en indicador de la calidad reguladora, que bajó de 49.3% en el 1998 a 47.3% en el 2002, para luego volver a subir a 49.8% en el 2006.
En cuanto al indicador voz y responsabilidad, estaba en 50% en el 1998, subió a 56.7% en el 2002, y bajó a 53.8% en el 2006.
Llama a la atención que en sólo dos de los señalados indicadores se supera ligeramente el 50%.
Esto contrasta con otros países emergentes que han avanzado significativamente en esos indicadores, como Chile, donde el indicador del control a la corrupción está en 87%, el del estado de derecho en 77.4%, el de la calidad reguladora en 87.7%, el de la eficiencia del gobierno en 91.7%, el de la estabilidad política en 87.6% y el de voz y responsabilidad en 89.8%.
El informe en que se dieron a conocer los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial se señala el mejoramiento de la gobernabilidad permite luchar contra la pobreza y elevar los niveles de vida. Las investigaciones realizadas durante 10 años demuestran que los aumentos del nivel de vida se deben, en gran parte, a mejoras en la gobernabilidad, y no viceversa.
