RD para  primer cuarto de siglo

RD para  primer cuarto de siglo

Dentro de catorce años el país exhibirá indicadores de desempeño que, sin lugar a dudas, dependerán de los aportes institucionales que se realicen años tras años,  hasta llegar al primer cuarto del siglo.

Ahora bien, cuánto anhelaríamos saber si para el 2025 los estudiantes que hoy  inician su formación educativa básica serán simples bachilleres o personas con la formación técnica y profesional necesarias para competir con sus coetáneos y homólogos regionales.

Nos gustaría conocer si para entonces las autoridades pedirán al pueblo que cumplan las leyes o seguirá el pueblo, en cambio,  exigiéndolo.

Daríamos lo indecible por saber si seguiremos siendo energéticamente dependientes de los derivados del petróleo, que no producimos.

Más aún, me interesaría conocer si casi tres lustros más adelante, el gobierno continuará con el dilema de si el sector eléctrico nacional debe estar en manos del Estado Dominicano o del sector privado, provocando así los resultados que hemos padecido.

Me atrevería a realizar semanas de penitencias tan solo para recibir la explicación profética sobre el comportamiento de la economía nacional para ese año; saber si el crecimiento macro-económico continuará siendo tan solo macro y desconectado de la realidad del pueblo, que con ansias lazarinas espera que de la mesa de los ricos caigan, al menos, porciones del banquete.

Si la providencia divina mostrará su inagotable misericordia y nos enseñará cuál será el proceder de nuestras asociaciones agroindustriales; si se habrán convertido en suplidores absolutos de la demanda nacional y exportadores competentes a otros mercados.

Entre otras cosas, quisiera tener la seguridad de que al término de este primer cuarto de siglo, nuestros jóvenes tendrán oportunidades de desarrollo en áreas de trabajo donde impere la meritocracia laboral y no la exclusión social que genera el clientelismo político.

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