TEGUCIGALPA (AFP).- Unos 400 militares de 28 países que participan en un ejercicio en Honduras se entrenan para rescatar rehenes en manos de terroristas, informaron este lunes a la AFP fuentes de la cita.

   Los militares tienen, en la sede del comando del ejercicio «Operaciones de Mantenimiento de Paz – Honduras 2004», fotografías de dos soldados hincados y atrás de ellos dos miembros de la red Al Qaeda amenazando con decapitarlos con machetes.

   «La hipótesis es que los terroristas han tomado como rehenes a los soldados porque exigen que se retire la fuerza de paz y se tiene que buscar la forma de liberarlos», explicó el mayor del ejército de República Dominicana, Barnardo Caratini.

   Los 400 militares de 28 países del continente iniciaron el 23 de agosto el ejercicio, cuya hipótesis se basa en que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha enviado una fuerza multinacional a un país con el nombre sugestivo de Iwistán.

   El ejercicio es promovido por el Ejército de Estados Unidos, con sede en el Fuerte Sam, Houston (Texas).

   El entrenamiento, que finalizará el 3 de setiembre, se lleva a cabo en un hotel de Tegucigalpa, porque consiste en labores de planificación de operaciones de comando realizadas en computadoras.

   Iwistán y otros países que lo rodean están representados en un mapa que corresponde al suroeste de Estados Unidos, en la zona de California, adonde, según el simulacro, las fuerzas multinacionales se han movilizado con acorazados y portaaviones y tropas de tierra, así como miembros de organizaciones no gubernamentales.

   El jefe de ejército hondureño en el ejercicio, coronel Humberto Cabrera, explicó en rueda de prensa, que, según la hipótesis, la fuerza multinacional acude a asistir a Iwistán en un proceso de reconciliación nacional y en la creación de un gobierno representativo y democrático.

   El jefe del Ejército Sur, coronel Víctor Roselló, manifestó a la AFP, en español, que la operación de rescate de rehenes sólo es una parte del entrenamiento, porque también incluye operaciones contra narcotraficantes y desmovilización de fuerzas opositoras en país, donde la ONU pueda desplazar fuerzas de paz.

   Roselló admitió que la decapitación de rehenes «es una realidad» y en los ejercicios «siempre estamos creando oportunidad para crear situaciones reales que le dan una magnitud de complicación» al entrenamiento.

   «Lo único que pretendemos es adquirir las destrezas para que cuando nos toque operar bajo el mando de las Naciones Unidas, sepamos cómo coordinar con los diferentes organismos de las Naciones Unidas, y que entendamos cómo se manejan otros ejércitos del mundo», subrayó Cabrera.