La República Dominicana, con una población de 10 millones de habitantes, podría estar registrando unos 30 mil casos de cáncer por año, una situación que se ve agravada por la escasa educación y prevención de la letal enfermedad.
Los de más incidencia son el cáncer de mama, que sigue liderando las cifras; el de próstata, de pulmón, donde ya están a la par hombres y mujeres, y el de colon, que es de fácil prevención por estudios.
La revelación fue hecha por la doctora Catalina González, directora del Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (Incart), quien lamentó que la mayoría de los casos que llegan a la institución a su cargo, un 60%, se encuentren en una etapa donde ya no son curables.
Al participar como invitada en el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, dijo que en el sexo femenino 30 al 36% de todos los tumores de la mujer es cáncer de mama.
Señaló que en la institución el cáncer de próstata está casi a la par que el de mama, pero dijo que eso refleja una incidencia muy alta porque la mayoría de los cánceres de próstata no se diagnostican debido a que afectan a hombres mayores de 80 años a los que rutinariamente no se le hace un estudio ni es necesario hacerlo.
En relación al cáncer de pulmón, dijo que el hombre y la mujer están prácticamente a la par porque el hábito de fumar de la mujer ha hecho que alcance al hombre, además de que la mujer tiene una predisposición especial de sufrir ese tipo de cáncer.
“Solo con la eliminación del hábito de fumar nosotros podemos reducir en un 30% la incidencia del cáncer en general”, indicó.
Suben cifras jóvenes. De acuerdo con la especialista, el cáncer de mamas y el cérvico-uterino ha aumentado su incidencia en la población joven porque las niñas están teniendo relaciones sexuales antes de los 13 años.
Explicó que la evolución del cáncer cérvico-uterino, cuya etiología es el virus del papiloma humano, se produce aproximadamente entre 10 y 15 años y eso provoca que cuando esas niñas alcanzan los 25 y 30 años ya están teniendo cáncer.
En cuanto al cáncer de mamas en jóvenes, también dijo que ha aumentado la incidencia en mujeres por debajo de los 40 y 35 años.
“No tenemos estadísticas pero en instituciones donde se hacen esos registros hemos visto que cerca del 12 al 15 por ciento de los cánceres de mama son mujeres por debajo de los 40 años”, indicó, aunque, aclaró que el enfoque en materia de prevención sigue teniendo de blanco a las mujeres de 35 años en adelante.
Preocupa información. González dijo que han visto que la cobertura de detección precoz del cáncer cérvico-uterino es de menos de un 10% y que dentro de ese 10% hay mujeres que se lo han hecho varias veces.
Entiende que la población que se somete a las pruebas es la misma, una élite con acceso a información y medicinas.
Sin embargo, dijo que la mayoría de la población no sabe ni tiene donde ir porque cuando va a los centros no tienen la atención adecuada o cuando van a los sitios es que se hacen el estudio y nunca tienen los resultados. Esto se ve en centros pequeños privados y en centros de Atención Primaria.
“Las quejas que tiene Senasa con muchos proveedores de salud es que hacen todo un aparataje, una contingencia para que las mujeres vayan a hacerse la toma de muestra de Papanicolau, y resulta que duran meses detrás del diagnóstico y no les llega, y luego está el elemento de los controles de calidad externa que hacen que también se dude de si esos son los resultados adecuados”, indicó la especialista.
En esas atenciones dijo que trabajan para poner control con la automatización de los estudios y la centralización de las instituciones para tener un manejo adecuado de la información y el seguimiento de los pacientes.
“Tenemos un sistema para absorber toda la información del país y es un sistema robusto con servidores con esa capacidad”, aseguró.
Sobre cáncer prostático. Explicó que todavía no se ha encontrado una relación costo-efectividad y costo-beneficio a la detección en en masa en la población sana para hacer una política nacional, si no que las evaluaciones las hace el hombre de manera individual entre los 40 y los 50 años de edad, que es el rango que se sugiere para evaluar.