El país podría aumentar la producción de vegetales en invernaderos de 19,636 toneladas a 1,050,000 toneladas y las exportaciones de US$25 millones a US$2,000 millones anuales en los próximos 10 años.

Para hacer realidad esas metas, hay que promover el financiamiento de por lo menos de US$1,000 millones para la instalación de más de esas estructuras y el fortalecimiento institucional del Cluster Nacional de Invernaderos. Ese fortalecimiento  se lograría con la creación de un  Consejo o una Comisión Nacional de Invernaderos, para tener un organismo donde llegar a consenso de metas productivas,  reducción de costos,  mercados internacionales,  inversiones y financiamiento  a la industria de invernaderos.

Además se requiere flexibilizar la valoración de activos del Banco Nacional de la Vivienda y Producción  (BNV), porque la Superintendencia de Bancos le exige una valoración de activos que impide a esa institución que coloque el dinero para préstamos a los productores agropecuarios.

El país tiene en la actualidad 2.5 millones de metros cuadrados de invernaderos y el Cluster de Invernaderos se plantea aumentar esa cantidad a 40 millones de metros cuadros  en los próximos 10 años, para lo cual es fundamental financiamiento en la cantidad necesaria y a tasas competitivas.  En innúmeras ocasiones se ha dicho que la República Dominicana tiene ventajas comparativas en relación a otros países para las exportaciones de la industria de invernaderos a la costa Este de los Estados Unidos, Canadá y Europa.

El punto de partida de este trabajo es la Industria de Invernaderos, Estudio de Línea  Base y Plan Estratégico, realizado por el licenciado Virgilio Mayol, por encargo del Cluster de Invernaderos, y declaraciones del presidente de este organismo, doctor José Miguel de Peña. Este último cree que  el Programa de Mercados, Frigoríficos e Invernaderos (Promefrín) debe cambiarse de un programa de inversión a otro  rutinario, dependiente económicamente de Agricultura.

El Estado ha  disminuido las inversiones en Promefrín,  por lo que está en precariedades económicas. De Peña opina además que la propuesta del agrónomo Eusebio Guzmán,  de que en el Banco Agrícola se cree una cartera de financiamiento prendario para pequeños invernaderos de madera de 2,800 M2 con un programa de maximización de la producción en suelos mejorados, la disminución de los costos de producción y el mercadeo internacional con una garantía de repago que el 25% de lo exportado vaya a una cuenta especial   para evitar atrasos, como ha ocurrido con otros programas.

También plantea que antes de  financiar a un productor, el BNV debiera exigirle que haga los cursos del cluster para que se oriente en la industria de los invernaderos y busque  mercado antes de sembrar.

Entre los productores de invernaderos, apenas un 24% ha tenido algún acceso al financiamiento de la banca privada, la cual  cobraba una tasa de interés promedio de alrededor de un 28%, según el estudio de Mayol.

 Muchos productores todavía tienen que depender de fondos propios, lo que limita tanto la inversión en nuevos invernaderos e infraestructuras como en la incorporación de tecnologías superiores, con un efecto negativo en la eficiencia. 

Las asociaciones de productores también podrían tener un papel más importante en la canalización de ahorros propios y externos en la forma de crédito e inversiones en la industria.

El BNV está iniciando, con una especie de fondo semilla que deberá ser incrementado, el financiamiento de la industria de invernaderos. El  Banco Agrícola, que al principio, fue usado para financiar la adquisición de los invernaderos de metal,  en la actualidad apenas dispone de recursos para la industria. Cálculos preliminares del cluster, indican que la industria requiere, al menos, mil millones de dólares para financiar su crecimiento estratégico, lo cual señala a la posible conveniencia de acudir a un financiamiento internacional significativo.

Los mercados de Estados Unidos y Canadá están creciendo en  importaciones de vegetales y el acceso de las exportaciones nacionales está mejorando. Además el país puede beneficiarse del tratamiento arancelario preferencial que otorga el Acuerdo EPA con la Unión Europea. En muchos países, hay demanda de  vegetales durante todo el año y  se pueden aprovechar las ventanas estacionales de demanda que otras naciones  competidoras no pueden suplir. El mercado turístico local también ha venido creciendo.

También está pendiente de aprovechamientos el mercado de productos de producción de orgánicos certificados, en el cual se puede generar un precio con un premiun de 20-30% por encima del precio para los productos de sistemas convencionales. Además  están pendientes de aprovechar los mercados de  Japón, Corea y Taiwán, a los cuales, en principio, se podría determinar la viabilidad técnico económica de exportar y que pagan precios más altos. Se observan posibilidades de aumentar y mejorar los servicios de capacitación, asistencia técnica y de financiamiento, para respaldar esta industria y mejorar su competitividad.

Las frases

José Miguel de Peña

Los técnicos de Promefrín tienen dos meses que no cobran su salario, lo que le quita estímulo al trabajo. Agricultura lo debe convertir en programa”.

La cifra

31.00 dólares. Esa es la diferencia por metro cuadrado entre un invernadero de madera y otro de metal. La estructura de metal tiene un valor de US$45 por metro cuadrado, mientras que la de madera tiene un  costo de US$14 por metro cuadrado y su producción puede ser tan alta como la otra.