Aunque se reconoce el potencial, no se concreta la posibilidad
Reflexionar sobre la economía dominicana trae inevitablemente a mi mente la presencia de un entrañable amigo que acabamos de despedir. Frank Guerrero Prats fue de mis grandes amigos desde antes de radicarme en este país hace más de 25 años.
Forjamos una relación familiar en la que, por muchos años, despedíamos juntos el año. Mucho hablábamos de la economía dominicana, su potencial y desafíos globales, de todo ello era gran analista. Dolidos, mi familia y yo despedimos a un amigo excepcional.
RD es reconocida con condiciones indiscutidas para convertirse en gran centro logístico de acopio y distribución de carga del Caribe insular, amortiguándole a nuestros vecinos el oneroso peso de los fletes de su comercio derivado de la pequeña escala de sus economías – representan la mayor concentración de pequeños Estados del mundo -.
Sin embargo, aunque una y otra vez se reconoce el potencial, lo cierto es que no se concreta la posibilidad. En verdad, potencial y posibilidad no es lo mismo. La posición geográfica y condiciones naturales de su geografía ofrecen potencial extraordinario para que el país contribuya a abaratar los costos del comercio exterior de sus vecinos.
RD cuenta con infraestructura portuaria en su costa sur con condiciones para convertirse en centro de acopio de las exportaciones de bienes de las pequeñas economías de su cercanía las que los fletes de grandes buques les resulta excesivamente caros por la relativamente reducida carga que embarca cada una de ellas. Un servicio naviero, tipo cabotaje, que en pequeñas embarcaciones recoja las cargas en cada una de las islas y las traslade a RD abarataría los costos de flete.
Una vez en tierra dominicana se podrían trasladar, lógicamente por ferrocarril, al puerto de Manzanillo, el mejor de condiciones naturales del país, en costa norte y desde ahí embarcar las exportaciones en grandes buques hacia sus destinos en Norteamérica y Europa. Las importaciones harían un recorrido inverso.
Muchos, y por mucho tiempo, han hablado de desarrollar el puerto, lo que sería de gran impacto para todo el Cibao y para la estrategia regional nacional, pero siempre ha quedado pendiente.
La idea no es totalmente nueva. Hace 40 años las naciones caribeñas crearon la Naviera Multinacional del Caribe – NAMUCAR – para un servicio de cabotaje y reducir los costos. Fracasó, esencialmente porque las grandes navieras se vieron amenazadas y lo boicotearon. Ahí está el potencial, hay que identificar la posibilidad. Una licitación sin exclusiones ridículas abriría el campo.
Desde mi punto de vista si una empresa china ganara la licitación el proyecto estaría garantizado porque los chinos no son vulnerables a presiones de ningún tipo. RD no puede perder tiempo si no quiere quedarse en la estaca dado que ya Jamaica y Bahamas han construido, con inversión china, grandes puertos de aguas profundas.
Por otro lado, despertemos del sueño de que empresas estadounidenses “huyendo” de China van a venir a instalarse en las zonas francas. Las que sí pueden venir, si las conquistamos, son compañías chinas para aprovechar nuestras ventajas geopolíticas.
Claro, son opciones en beneficio de RD y de nadie más. Insisto: potencial y posibilidad no es lo mismo.