POR CLAUDIO CABRERA
La República Dominicana no cuenta hoy en día con ventajas comparativas tan amplias como las de los países industrializados, pero en pocos años su riqueza nacional podría evaluarse en relación al desempeño que en lo adelante logre en materia de conocimientos cuantificados por la formación de su capital humano, la capacidad de sus habitantes y por los logros económicos que acarrea el dominio y difusión de las tecnologías informáticas.

Según el criterio sostenido por el canciller dominicano Carlos Morales Troncoso, a nivel del pensamiento económico actual hasta ahora ha prevalecido la idea de que en países con índices de desarrollo humano con bajo perfil como el nuestro no deberían destinarse esfuerzos y dedicarse recursos para desarrollar las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones.

Quienes así opinan consideran que los gastos del presupuesto público deben destinarse a servicios sociales como salud y educación, así como para desarrollar fuentes de trabajo, y como abastecer a la población de servicios como agua y energía.

Acorde a lo indicado por el canciller dominicano “no se busca sesgar un enfoque supeditándolo a otro, pues de lo que se trata es de desplegar las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones que favorezcan el desarrollo, ya que estas han mostrado ser dispositivos poderosos que permiten mejorar la educación, la salud, el nivel de vida de los países, el bienestar, la seguridad, así como la gestión de los servicios públicos”.

Resaltó que en un encuentro reciente efectuado en Washinghton, D.C., a propósito de la reunión del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en representación del gobierno dominicano presentó el Proyecto de Declaración para la realización de la 36 Asamblea General del organismo interamericano, en el cual expuso los aspectos y motivaciones de orden político, económico y social que han servido de plataforma a la estrategia que persigue dicha declaración basada en el tema de la “gobernabilidad y del desarrollo en la sociedad del conocimiento”.

El funcionario dominicano, quien fue entrevistado desde el país por vía telefónica durante su estadía en Londres, Inglaterra, adelantó que estos criterios serán debatidos próximamente durante la celebración de la 36 Asamblea General de la OEA a efectuarse a principios de junio de este año, donde el país propondrá al pleno la necesidad de que los países del área acojan un programa conjunto “para ingresar a la sociedad de la información como forma de estimular el desarrollo socioeconómico”. Participarán 34 países de la región.

Resalta que actualmente, debido al acelerado desarrollo de la tecnología de la informática “y de sus inconmensurables posibilidades de aplicación en la sociedad”, el proceso de globalización ha pasado a transformarse de un proceso que inicialmente era visto con perfiles económicos, comerciales y financiero, a un nuevo estado mundial que abarcará todas las relaciones humanas, nacionales e institucionales.

“De esta manera tenemos cómo las telecomunicaciones -según el canciller-, la informática, el procesamiento de datos y la microelectrónica, están determinando que el concepto del mundo como aldea global sea cada vez más un hecho a tomar en consideración muy en serio en nuestras vidas, actividades cotidianas, sin importar el lugar del globo terráqueo en donde estemos ubicados”.

Garantías de equidad

Los planteamientos, contenidos en un documento preliminar puesto en manos de los ministros de relaciones exteriores y de jefes de delegación de los Estados miembros, que tendrán como sede al país en la localidad de La Romana, proponen como tema central para su aprobación una agenda en que se debatirá el problema de la sociedad del conocimiento, la gobernabilidad y el desarrollo.

Este enfoque implica que a través de este instrumento destinado al crecimiento “se mejore la calidad de vida de los ciudadanos y se logre disminuir la brecha entre las naciones, así como entre sus respectivas poblaciones rurales y urbanas”.

Para el caciller Morales Troncoso tales propósitos “mantienen una estrecha correspondencia con lo que se considera una economía del conocimiento, tarea que responde a la necesidad de disponer de una capacidad para incrementar el valor agregado a recursos, procesos, productos y servicios locales”. Tienen el propósito de crear riqueza de forma eficiente y sostenible “para distribuirla socialmente de una manera más equitativa”.

Por ello, en todas las regiones del mundo, “las naciones que están causando asombro por su desarrollo y por el crecimiento de la equidad social son aquellas que ya escogieron al sector industrial basado en el conocimiento como el principal eje de sus respectivas economías”.

Define el concepto de “Sociedad del Conocimiento” como un concepto en contínuo proceso de cambios, cuyas características más destacadas se evidencian en la conversión del conocimiento “en factor crítico para el desarrollo y el fortalecimiento de los procesos de aprendizaje, para afianzar su difusión y productiva utilidad”.

A partir de este concepto, estima que la incorporación de las tecnologías contribuirán a acelerar el desarrollo económico y la competitividad, y que al servir como herramientas para establecer sistemas normalizados de vigilancia y alerta, facilitan las actividades de respuesta ante emergencias, mostrando su reconocida eficacia “en casos de desastres naturales”.

“Garantizarán la modernización del sector público que exigen los pueblos, convertirán regímenes democráticos en verdaderas democracias participativas, en tanto garantizarán mayor equidad social y el desarrollo de todas las potencialidades del capital humano de nuestros pueblos”.

Declaración de La Romana

A partir de estos criterios, Morales Troncoso expone que el gobierno dominicano que encabeza el presidente Leonel Fernández, actúa con la convicción de que la Sociedad del Conocimiento constituye la base para obtener el desarrollo, la democracia, mayor transparencia y posibilidades de gobernabilidad más efectiva.

Propone ante la 36 Asamblea General de la OEA el llamado “Proyecto de Declaración de La Romana”, en que se destaca “la importancia que desempeñan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el logro el desarrollo y el fortalecimiento de la gobernabilidad, así como la necesidad de trabajar intensamente para que todos los ciudadanos de la región sean partícipes de los benficios generados por la Sociedad del Conocimiento”.

Expresa la declaración sometida por el país ante el organismo regional, la necesidad de que se asuma el compromiso “para que se dedique especial énfasis al desarrollo de los servicios públicos a través del gobierno eléctrónico, para uso de la población, facilitando en especial, el acceso a los grupos más necesitados”.

También que se fortalezcan y amplíen los programas e iniciativas orientados “a reducir las profundas desigualdades que impiden la reducción de la pobreza y debilitan la institucionalidad democrática de la región, apoyándose en las TIC como herramienta de desarrollo”. 

Particular interés se ha dado a las redes tecnológicas que conecten a los pueblos del interior del país con los pricipales polos urbanos-rurales, “que se conviertan en redes que abran nuevos caminos a los pueblos, sin discriminar dónde viven o cuánto ganen”.

“Al observar este proceso desde un punto de vista regional, se puede arribar a la conclusión de que el crecimiento de una economía apoyada en el conocimiento será la mayor contribución para disminuir los elevados costos de las transacciones comerciales intrarregionales y, de esta forma, dar mayor estímulo al crecimiento de nuestras economías, promover el comercio mundial y generar mayor nivel de empleos”.

Al observar los obstáculos que confrontan estos propósitos, el canciller y ex-vicepresidente Morales Troncoso sostiene que de estas metas, “nuestras naciones desarrollan en estos momentos procesos de transformación, utilizando la expansión de la economía del conocimiento como medio para lograr el desarrollo, pero la profundidad de los desafíos que enfrentan requiere llevar esos esfuerzos a otro nivel”.