Este 25 de noviembre el ambiente en el salón de la Asamblea General de Naciones Unidas era agridulce. Diplomáticos, parlamentarios, políticos, activistas sociales y feministas de todo el mundo conversaban en Naciones Unidas sobre los avances en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, pero a la vez reconocían que hay muchos retos pendientes.

Y es que la efeméride de este año tenía un significado especial. Se cumplen 25 años desde que Naciones Unidas, mediante la resolución 54-134 del 17 de diciembre de 1999, acogió un pedido del Estado dominicano para que el asesinato atroz de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal se convierta en símbolo mundial del repudio a las acciones violentas hacia las féminas y naciera el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

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De ahí que el presidente de la Asamblea General, Philemon Yang, convocara una reunión de alto nivel para conmemorar el vigésimo quinto aniversario, oportunidad que fue aprovechada por los distintos países del mundo para pasar balance.

El mundo acogió la invitación, incluyendo la República Dominicana, cuya delegación fue encabezada por la ministra de la Mujer, Mayra Jiménez; el embajador plenitepotenciario ante Naciones Unidas, José Blanco; Minou Tavárez Mirabal, representante de la familia Mirabal; la senadora Aracelis Villanueva, la Directora de Súperate, Gloria Reyes; la generala Yanet Jiménez, titular de la Dirección de Violencia Intrafamiliar de la Policía; y la diputada Leyvi Bautista, entre otras autoridades e invitados especiales.

No estamos a la altura

A las 10:00 de la mañana en punto se abrieron formalmente los trabajos de la sesión. Lo hizo precisamente el presidente de la Asamblea General, Yang. A seguidas hablaron Amina Mohammed, secretaria general adjunta, Sima Sami Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres; y Tarana J. Burke, representante de Me Too. Todos coincidieron en sus discursos que, pese alos esfuerzos, no estamos a la altura, por lo que es necesario no cesar hasta que leguen un mundo sin violencia para las mujeres.

A las 10:40 de la mañana subió al podium la ministra Jiménez, quien aunque reconoció los esfuerzos globales y nacionales para poner fin a la violencia, planteó la necesidad de incremento en los presupuestos nacionales e internacionales de violencia, incluyendo los fondos de cooperación al desarrollo (que registraron una disminución de un 13% entre los periodos 2018-2021); fortalecer los marcos jurídicos y las arquitecturas institucionales de los mecanismos para la igualdad y plena ciudadanía de las mujeres, transformar la cultura y lograr la articulación interinstitucional para la prevención, atención, protección y reparación frente a la violencia. “Es urgente que asumamos una responsabilidad colectiva para lograr una participación paritaria formal y sustantiva, de las mujeres en todos los espacios de poder y toma de decisiones. El futuro de la igualdad y la justicia depende de nuestra capacidad para actuar con determinación, unión y valentía en este momento crucial para la humanidad”, solicitó la ministra.