Así como de manera irreversible se acerca el 20 de enero, fecha en que Donald Trump tomará posesión como presidente de Estados Unidos, la República Dominicana debe prepararse para lidiar con un enfoque más unilateral y transaccional en la política exterior del país que cuenta con la economía más grande del mundo y que a la vez es nuestro principal socio comercial.
Esto lo parecen entender el sector público y el sector privado dominicanos, que están conscientes de que con Trump en Estados Unidos se producirán cambios profundos en su política interna y externa, con mayor impacto que los ocurridos en su primer mandato.
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En lo interno, ni hablar de la política migratoria, que no terminará siendo todo lo que se ha dicho hasta ahora, pero traerá cambios. Por lo menos, se da por descontado que se hará énfasis en que no haya inmigrantes indocumentados y que la residencia sería otorgada de manera más selectiva, a inmigrantes con calificación técnica y profesional.
Y en cuanto a la política fiscal, es de esperarse una baja en el impuesto sobre la renta y una reducción del gasto en la burocracia que podrían constituirse en una marca histórica. Para esta tarea no se ha encargado a economistas, en cuyas decisiones pudieran pesar algunos atenuantes, sino a los tecnólogos, que usan el bisturí con agravante. Uno de ellos, Elon Musk, ya se ha fijado una meta: un recorte de 2 billones de dólares.
En lo que respecta a la política exterior, ya se ha dicho: con Trump se va a perder él énfasis que ponían los demócratas en su política exterior a la afectación a la democracia, los derechos humanos, derechos laborales y sostenibilidad medio ambiental.
«Estamos ante su actitud transaccional, que más bien va a orientarse hacia lo que él considera una ventaja para Estados Unidos”, advierte Günther Maihold, profesor de la Universidad Libre de Berlín. Y agrega: “Trump es un negociador nato, un hombre que hace negocios y acuerdos pragmáticos”.
De manera que República Dominicana debe prepararse para un endurecimiento de la política comercial estadounidense. Trump ha hablado de la posibilidad de establecer un arancel para todos los países (eso podría incluirá a República Dominicana a pesar del DR-Cafta), y uno mucho más altos para naciones como China, México y Canadá. Serían medidas que Trump tomaría a gusto si recordamos que él dijo al Wall Street Journal en una entrevista en octubre que “arancel” es “la palabra más bonita del diccionario”.