RD tiene mucho que aprender de Venezuela

RD tiene mucho que aprender de Venezuela

Millizen Uribe

Una tendencia de la modernidad vigente hoy es el uso, siempre, de un modelo de análisis bipolar o dual en el que se antagonizan los bandos.
Honestamente, creo que esa matriz es insuficiente para analizar lo que pasa hoy en la hermana República Bolivariana de Venezuela.
Tampoco basta circunscribirse al análisis parcializado de agencias internacionales de prensa o medios locales. Pero mucho menos creer en la algarabía de todo lo que se publica y se comparte en las redes sociales, porque en este tema, como en otros, hay manipulación y montajes.
Hay que entender que la polarización política entre chavistas y oposición, y la crispación, tiene sus antecedentes. La rampante desigualdad e injusticia social que imperaban en la Venezuela prechavista, pese a la riqueza relacionada al petróleo, es uno.
La fragmentación no es nueva en la sociedad venezolana. Ahora es política, pero antes era social. Por un lado, abundaban los famosos cerros venezolanos, barrancones llenos de miseria, casas de cartones, como cantaba Alí Primera, por el otro, zonas lujosas habitadas por élites.
A eso se suma la poca confianza en los partidos políticos tradicionales y la deslegitimación, por una corrupción rampante, de ese bidipartidismo adeco-copeyano.
De hecho, ese liderazgo (que llaman mesiánico), pero es altamente social, de Hugo Chávez, tuvo cabida porque una parte importante del pueblo venezolano estaba ávido de una real representación política.
Chávez les respondió. El trabajo e inversión social que hizo durante sus gobiernos es innegable y por eso era constantemente ratificado mediante votaciones en elecciones y referéndum.
Sin embargo, el chavismo, como nada humano, está exento de errores. Fue una debilidad centrar toda esa obra en una única figura: la de Chávez. Con él vivo, otros liderazgos, incluyendo, mujeres y jóvenes, debieron tener notoriedad.
A eso se suma, la forma en que Nicolás Maduro fue designado sucesor, y su manejo político, desde cuestiones cosméticas de la política (frases, canciones, bailes..) hasta elementos de fondo como el desconocimiento de la Asamblea Nacional que ganó la oposición en las mismas elecciones en las que él ganó su Presidencia y, por ende, revestida de la misma legitimidad que la suya.
Por los venezolanos, uno espera que retorne la estabilidad política, pero acompañada de justicia social y económica y que países como República Dominicana saquen lápiz y papel y pongan su barba a remover.

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital

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