El académico Howard Wiarda, uno de los principales estudiosos de la sociedad dominicana post Trujillo y quien hizo una anatomía de los factores de control trujillista, expresó al periodista Manuel Jiménez que la sociedad dominicana ha cambiado mucho en los últimos 50 años, y ello ha conllevado un cambio en el liderazgo político. Wiarda ha estado en el país en más de 30 ocasiones en su rol de investigador. La semana pasada fue condecorado por el Presidente Leonel Fernández.

El investigador estadounidense Howard J. Wiarda cree que tiene algo de sentido una frase que escuchó hace  varios años: que en el país todo el mundo se cree un Rafael Leónidas Trujillo que puede controlarlo todo, pero reconoció que la sociedad dominicana “ha cambiando grandemente en los últimos 50 años”, al pasar de ser un país esencialmente rural, casi dependiente de la producción de azúcar de caña, a una economía diversificada con una creciente clase media.

Esa lección la aprendió el intelectual estadounidense en la primera entrevista que tuvo con el empresario dominicano Tomás Pastoriza,  (Jimmy), a  su llegada al país en la  primavera de 1962, cuando se aprestaba a preparar su libro sobre la dictadura de Trujillo y el control social sobre el  país.

“Él (Pastoriza) me dijo: “tienes que recordar que hay un poco de Trujillo en cada dominicano, en toda palabra, el deseo de controlar”, pero no puedo usar esa frase de manera independiente sin mencionar que la República Dominicana ha cambiado grandemente en los últimos 50 años”, comentó Wiarda, quien desde entonces ha visitado el país en otras 32 ocasiones.

Cambios en RD.  Wiarda, decano de la cátedra Rusk de Relaciones Internacionales y fundador del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Georgia, cree que el liderazgo político dominicano “se ha transformado, nadie quiere un régimen militarizado, quieren maximizar sus votos, como candidatos en las campañas políticas”.

“Cuando vine en 1962, este era un país rural en un 80%,  analfabeto y basado en la agricultura”, dijo y agregó que  “ahora es 80% es urbano, alfabetizado”.

Wiarda, quien visitó el país invitado por la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), sostuvo que en 1962 el ingreso per cápita anual era 300 dólares, “ahora es más o menos 5,500 dólares al año, un cambio importante”.

“En 1962 aquí casi no había clase media, ahora cuando miras a Santo Domingo ves torres, edificios, un crecimiento importante de la clase media”.

En ese año, agregó el país recibía el  80% de sus ingresos del negocio del azúcar y ahora es del 3% al 4%; “es una economía mucho más diversificada, una sociedad mucho más cambiada, es urbana, liberal”.

Cambios políticos. En otro orden, consideró que con el vacío institucional que produjo la caída de Trujillo pudo haberse encaminado una revolución cubana silenciosa, volver a otro régimen fascista de los Trujillo, dando lugar a una sociedad en desintegración por la anarquía.

El académico, nacido en Michigan, dijo  que esas eran opciones en 1962 pero no  ahora. “Ningún dominicano piensa en un sistema de poder que  no sea la democracia, la democracia está muy fuertemente establecida y podría  decirse  que la democracia en República Dominicana está mucho más establecida que en cualquier otro país de América Latina”.

La llegada de Trujillo.   Al analizar el régimen de Trujillo, Wiarda describió al tirano como un hombre “de clase media-baja que tenía muchas aspiraciones de ser importante y poderoso para ser aceptado por la élite”, lo que se facilitó por provenir  de la guardia civil creada por los norteamericanos durante la ocupación del país entre 1916 y 1924.

“Trujillo llega al poder como una especie de vacío, porque los viejos caudillos de la República Dominicana de antes de la intervención norteamericana habían desaparecido, los americanos centralizaron los poderes del Gobierno en la República Dominicana, destruyendo el poder los caudillos”. Señaló que tras la eliminación de los caudillos, “Trujillo vino con la fuerza de la guardia creada por los norteamericanos, vino en un momento donde había un vacío, usó su conocimiento de las fuerzas armadas para expandir su poder en todas las áreas del país: primero las Fuerzas Armadas, luego el Gobierno, tercero, la economía y más o menos monopoliza la economía, incluso todos los grupos de interés en el país, todos fueron organizaciones oficiales del régimen, el Partido Dominicano, los sindicatos, organizaciones de hombres de negocios, todos fueron creaciones de Trujillo”. Dice también que  manipuló la vida privada de la gente, “utilizó el sexo como un elemento de control, y cuando el país empezó a modernizarse en 1950, monopolizó las nuevas tecnologías de la información, la radio, los periódicos, la televisión especialmente”.  

Agregó que Trujillo utilizó las tecnologías emergentes para tener un control total,  como lo hacían los dictadores en Europa. Afirmó que con todo ese control, “cuando Trujillo fue asesinado, hay también un vacío total, porque Trujillo controlaba tantas cosas, que después del asesinato no había una estructura que pudiera construir una sociedad democrática”.

Reveló que antes de venir a República Dominicana por primera vez había investigado mucho sobre el país en las bibliotecas de Estados Unidos, que tenían mucha información porque Trujillo siempre se ocupó de enviar todas las publicaciones, laudatorias de su régimen, a las librerías y bibliotecas  estadounidenses.

Al venir, “mi trabajo era conocer la verdad escondida sobre la Era de Trujillo”, lo que se facilitó    entrevistando  en muchas ocasiones a Juan Bosch, Ángel Miolán, Nicolás Silfa, Ramón Castillo, líderes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), así como a hombres de negocios como Tomás Pastoriza (Jimmy), Luis Crouch y otros líderes del empresariado de Santiago.

Las claves

1.  Estancia en RD

Howard J. Wiarda estuvo por primera vez en el país en 1962, un año de fuertes transiciones políticas como consecuencia del asesinato del  Rafael Leónidas Trujillo.

2.  Periodistas amigos

Wiarda conversó también con Germán Emilio Ornes,  Rafael Herrera, Rafael Molina Morillo, Radhamés Gómez Pepín y Virgilio Alcántara: amigos que le ayudaron.