Las transacciones mercantiles de bienes por la provincia fronteriza de Dajabón, registraron un cuantioso superávit de US$144 millones para la República Dominicana, con exportaciones por US$152 millones frente a los US$8 millones de importaciones haitianas, durante los seis primeros meses de 2024.

Los datos están contenidos en un análisis estadístico del economista Luis Humberto Vargas, publicado en el boletín de la Unidad de Estudios de Haití (UEH), del Centro de Estudios P. Alemán, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm).

Apunta que ese excedente del valor exportado sobre el importado, se alcanzó en los tres regímenes: el nacional (US$35 millones o 24,67% del total), el de zonas francas industriales de exportación (US$107 millones o 74,24%) y el “otros”, clasificado como reexportación o admisión temporal (US$2 millones o 1.10%).

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Indica que, al mismo tiempo, contribuyó relativamente con 34,12% a la generación del saldo positivo global domínico-haitiano por US$US$423 millones, así como a una mengua de 1,74% de la cuenta deficitaria general de la nación dominicana con las demás economías del mundo, estimada en US$8,304 millones.

“De hecho, tales balances comerciales positivos declarados en el puerto fronterizo de Dajabón, permitieron a esta administración aduanera ocupar sucesivamente las siguientes
plazas, por la obtención de excedentes comerciales fronterizos domínico-haitianas, en los respectivos regímenes de intercambio: la primera (72,07%), en las operaciones de las zonas francas industriales; la segunda (7,58%), en las contrataciones de admisión temporal y reexportación; la tercera (14,05%), en las transacciones nacionales y, en conjunto, la segunda (34,12%), tras la primacía detentada por las aduanas de Elías Piña (40,10%).

Entre las partidas exportables de mercancías que más aportaron al saldo positivo, se sitúan: algodón (US$60 millones ó 13,77% ), como insumo importado y posteriormente reexportado como nacional; prendas de vestir (US$30 millones ó 6,80%); plástico y sus manufacturas (US$10 millones ó 2,32%); trigo, almidón y otros (US$0,47 millones ó 0,11%) y cereales, harina y otros (US$3,23 millones ó 0,74%).

Mientras tanto, las partidas importadas de mercancías “apenas sobresalieron con bajísimos montos”, en relación con las importaciones totales domínico-haitianas, siendo las principales: piezas de vestir (US$4,31 millones ó 44,39%, algodón (US$0,32 millones ó 3,34%) y plástico y sus manufacturas (US$0,22 millones ó 2,30%); o, lo que es lo mismo, un subtotal igual a US$4,85 millones ó 50,63% de la totalidad importada por República Dominicana a Haití.

Consecuencias

En su análisis, Humberto Vargas resalta que una de las consecuencias del déficit comercial en Haití, es la sustitución creciente de la producción doméstica, por la importación de similares y de trabajadores locales por fuerza laboral extranjera, la escalada más que proporcional de los precios de importación en los precios al consumo.

Otro impacto que indica el citado estudio, es la subida de la deuda pública, a los fines de cubrir la expansiva brecha generada por gastos superiores derivados de compras de mercaderías por encima de ventas en los mercados internacionales y, más aún, “de financiar erogaciones excesivas fiscales con respecto a las tributaciones y donaciones, tanto más el despilfarro y la corrupción corroen las finanzas estatales en un escenario de macro crisis nacional, colapso estatal y pauperización popular”