República Dominicana siempre ha sido la isla de la conspiración. Tras cada suceso surgen teorías y rumores que, al final, siempre se reducen a un plan que busca dañar el país. Nosotros, por supuesto, nunca somos los responsables de nada.
La última campaña que busca acabar con nosotros, llevándose de encuentro al turismo, es la que se ha orquestado tras la muerte de nueve turistas de los Estados Unidos durante el último año.
La mayoría de los casos son parecidos. Al parecer se trataba de pacientes cardiópatas pero, como los últimos murieron en poco tiempo, se encendieron las alarmas internacionales. Aquí, como de costumbre, lo redujimos a una campaña internacional en contra del país.
Aunque está claro que se ha hecho mucho ruido en torno a los hechos, hay que admitir que chocan las muertes de Nathaniel Holmes y Cynthia Day, una pareja que falleció de forma extraña sin que aún se haya determinado qué pasó (se sabrá con los resultados de las pruebas toxicológicas).
Mientras salen hermosos vídeos defendiendo al país, estadísticas maravillosas y tiernos testimonios de visitantes que se han encandilado con la magia de nuestra esencia, se van tejiendo teorías que se reducen al fantasma que pulula por ahí todo el tiempo: quieren unificar la isla. Sí, sí, ¡los anexionistas buscan acabar con la economía dominicana para que así no quede más remedio que unirnos con Haití! ¿Quién está detrás de eso? Nueva vez, ¡Bill de Blasio, el alcalde de la ciudad de Nueva York!
Ante esta conspiración, una pregunta, ¿cómo RD cargaría con Haití si colapsa su economía? No tiene ningún sentido.