RD$300 millones abandonados

RD$300 millones abandonados

El parque agroindustrial El Pozo de Nagua, construido con participación de los gobiernos dominicano e  italiano en un campo del mismo nombre,  en Nagua, está totalmente abandonado desde hace cinco años, a pesar de que sus modernos equipos, valorados en RD$300 millones, se deterioran.

El Factor, María Trinidad Sánchez. El parque agroindustrial El Pozo de Nagua, construido con participación de los gobiernos dominicano e  italiano, está totalmente abandonado desde hace cinco años, a pesar de que sus modernos equipos valorados en RD$300 millones se deterioran con el tiempo.

Lo que hace cinco años se constituyó en la principal actividad agropecuaria de la provincia María Trinidad Sánchez, con tecnología avanzada para entonces, la mayoría computarizada, importada de Italia y un personal de más de 200 personas, ahora es un cementerio donde el silencio se hace cómplice del tiempo que, implacable, corroe esa estructura.

La obra fue levantada en un terreno de 100 tareas en el  1995 y en su interior operaba  una fábrica de cereales, una planta procesadora de semillas, una procesadora de arroz, un parque de maquinarias y un laboratorio.

Todos esos equipos  están en buen estado, según se pudo constatar,  porque aún están protegidos bajo techos de naves, excepto los silos, en deterioro progresivo  que se evidencia en la falta de mantenimiento.

Otros, con valor millonario, han sido robados, sin que ninguna autoridad gubernamental se interese por la inversión estatal.   

La osamenta y los culpables.  El parque, dotado entonces de decenas de vehículos, ahora muestra solo  el chasis de dos camionetas y los hierros del rodaje de lo que fue  una vez un tractor para labranza de la tierra a la que haría parir alimentos. 

El parque agroindustrial más grande de la región Nordeste, que agrupó a 3,500 productores arroceros  del proyecto Aglipo I de Reforma Agraria,  organizados en 21 cooperativas, es desde hace cinco años un espacio triste, donde el sonar de las maquinarias que anunciaban el progreso y la esperanza es ahora lugar silencioso y lúgubre.

Federico Núñez, asesor de la Asociación Central de Agricultores Luz y Esperanza de Nagua (Acalen) culpa de la situación al Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop) y al  Gobierno, de que hoy una infraestructura de ese tipo sea destruida por el moho, al  no  aplicar políticas gerenciales que permitieran una eficiente operatividad en el tiempo.

Admite que tampoco los agricultores supieron defender lo que fue el esfuerzo mancomunado de dos Estados interesados en contribuir con el desarrollo de los parceleros de María Trinidad Sánchez.

Gobierno abandona parceleros  Nagua

La falta de crédito, de asistencia técnica, el mal estado de los caminos y carreteras llevaron a la quiebra a los parceleros de la Reforma Agraria de la provincia María Trinidad Sánchez, denunció el dirigente campesino Federico Núñez.

Explicó que era la principal zona arrocera, pero que ahora muy pocas de las 120,000 tareas que se dedicaban a ese cultivo producen  por falta de apoyo.

Dijo que muchos agricultores perdieron su crédito porque no pudieron ponerse al día, debido a daños en los cultivos causados por problemas que van desde  circunstancias naturales, falta de entrega de semillas, de asistencia técnica y altos precios  de pesticidas y yerbicidas.

“Todas las factorías que han sido de la Reforma Agraria están quebradas, solamente quedan las de los intermediarios, que vienen de La Vega y otros pueblos, y hay que venderle  lo producido  al precio que ellos quieren, porque no tenemos otra salida”, dijo.

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