Re-capitalización del Banco Central y emisión de bonos

Re-capitalización del Banco Central y emisión de bonos

POR JOSÉ LUIS DE RAMÓN
Mucho he escrito sobre el tema de los Certificados de Participación del Banco Central (CPBC). Mi primer memo a miembros de la Junta Monetaria fue en Julio de 2003. He sido consistente en señalar, desde ese mismo memo, que no hay justificación ética para que el país pague en impuestos por los fraudes bancarios que sería la consecuencia del salvataje bancario, ilegal e indiscriminado, de 2003.

Porque no hay otra forma de solucionarlo que no sea con impuestos. Que además de los pobres paguen los responsables, es ya materia de las autoridades y de los tribunales del país. Este artículo tiene como propósito apoyar el proyecto de Ley de Re-capitalización del Banco Central (BC) y emisión de  Bonos, y solicitar el apoyo del mismo por parte de la comunidad empresarial.

La política monetaria del BC, exitosa en cuanto a reducir notoriamente la tasa de interés y alargar los plazos promedio de vencimiento de los CPBC ha paliado el problema, pero de forma alguna lo puede resolver. Trágicamente, la solución a esta situación, que debe de corregirse para volver a capacitar al BC para ejercer la política monetaria y garantizar la estabilidad macroeconómica, es transferir recursos del gobierno Central al Banco Central.

Algunos economistas han manifestado su preferencia por una política monetaria distinta a la ejecutada por el BC. Sin embargo, en todas la propuestas que he oído, el stock de CPBC sería de una magnitud inmanejable sin que se produzcan aportes del Gobierno Central al BC.

Esto es lo que viene a hacer este proyecto de ley. El Gobierno Central emitirá, cada año, Bonos a favor del BC por el monto de sus pérdidas anuales, acumuladas y futuras, mayormente provocadas por los resultados del salvataje bancario y  los intereses que generan los CPBC. Los Bonos serán  emitidos a la tasa de interés de mercado de cada año. Los intereses de estos bonos, irán compensando las perdidas anuales del BC (a más bonos emitidos, más intereses anuales; a más intereses anuales menos pérdidas anuales)

El proyecto esta técnicamente bien concebido. Una ley, que emite instrumentos de deuda pública, en el contexto de baja institucionalidad que nos caracteriza, es muy superior a la voluntad del Poder Ejecutivo de consignar recursos para el BC en el presupuesto. Contablemente, capitaliza al BC con títulos del Estado que el BC puede vender y que sin duda venderá alguna porción en el futuro, a inversionistas internacionales, pues la calificación crediticia del país, en aumento, debe permitirlo.

No afecta para nada los instrumentos de política monetaria que puede usar el BC. Por ejemplo, no es verdad que los CPBC van a desaparecer como oportunidad de inversión.

Tampoco rompe con las leyes del mercado o los derechos de propiedad. A ningún tenedor de CPBC le afecta en modo alguno esta ley. A nadie se le va a canjear Bonos por Certificados. Los inversionistas van a poder seguir invirtiendo en los mismos instrumentos en los que invierten hoy, por muchos años, siempre que así sea su voluntad.

La concepción financiera de la ley es la correcta. Los montos de emisiones anuales están basadas en ratios del PIB, que es la formula más flexible para esta modalidad de re-capitalización, pues anticipa mejor los ciclos de la economía dominicana. Como programa a diez años, asume implícitamente supuestos de estabilidad para la economía dominicana: crecimiento moderado, acumulación sostenida de reservas internacionales, baja inflación y tasas de interés internas y externas acordes a esta baja inflación. Eestos no son supuestos optimistas. Todo lo contrario. El pago de los CPBC es más fácil en un ambiente de alta inflación, alta emisión monetaria y baja acumulación de reservas internacionales, ya que al fin y al cabo, los CPBC son pasivos en pesos. Es una paradoja, pero en una economía estable, no se le hace más fácil al BC pagar  los CPBC.

Aparte de la intuición, demostrar este aspecto de coherencia externa del proyecto del BC es materia de una simple simulación matemática.

Al final de los diez años (poco más o menos) el BC debe de ser autosuficiente financieramente. Quedarán CPBC pero como parte de sus operaciones de mercado abierto. El BC en el plan prevé tener reservas internacionales acordes con el tamaño de la economía. Si tiene más o menos, tendrá más o menos CPBC, pero en magnitudes apropiadas y manejables. Tiene diez años para decidirlo. Cuanto más independiente y capaz sea el BC, mejor tomará las decisiones en cada coyuntura, durante la próxima década. Naturalmente, pagar los CPBC no es el único objetivo de política económica que la nación debe tener para los próximos diez años. Seguimos con los mismos problemas, retos y oportunidades. Pero si nos quitamos este dolor de cabeza, enfrentaremos los demás retos con  éxito.

Lo vengo diciendo por años: el problema de los CPBC no se va a arreglar sólo y se puede complicar más. Esta es una buena solución.

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