MARTHA PÉREZ
Las expectativas en torno al discurso de rendición de memorias del presidente Leonel Fernández ante la Asamblea Nacional, quedaron satisfechas e insatisfechas a la vez. Las primeras dueñas de quienes han seguido de cerca las ejecutorias del gobierno, los retos y desafíos; las segundas, dueñas de una oposición donde hay desde irracionalidad, irreverencia, indiferencia hasta temeridad.

Unos esperaban una pieza propia del intelectual estadista, los otros del candidato que va a reelegirse.

Al resultar un discurso bien articulado, con indicadores de logros por áreas, avances en procesos y asuntos por afrontar, como desafíos, las reacciones han sido mayoritariamente positivas, a excepción del candidato del PRD, entre pocos, que obviamente tiene que expresar lo contrario.

Es digno de admirar la postura del presidente Fernández que, siendo además candidato presidencial, en todo momento asumió el rol que correspondía ante la solemne Asamblea. Algunos valoran que la cita comparativa del 2004, la referencia de los casos de la Sra. María Bartola Polonia y Simeón Díaz, así como su expresión de que en la R.D. con la educación e’pa lante que vamos, fueron aspectos reeleccionistas, creo que no, porque pudo haberlo aprovechado más.