Readaptación siempre posible

Readaptación siempre posible

La Justicia, que  prevé castigos según  la gravedad de las faltas cometidas, debería tener entre sus metas más ambiciosas la readaptación de quienes hayan entrado en conflicto con la ley. La represión pura y simple, el encierro, no siempre actúa como disuasivo. El tiempo de privación de la libertad muchas veces actúa como  una especie de posgrado que agudiza las capacidades delictivas del condenado. El alto índice de reincidencia es resultado de esa falla.

  Nuestra reflexión se inspira en la maravillosa obra que está haciendo el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Mujeres con personas del sexo femenino que entraron en conflicto con la ley y cumplen condena. Muchas de ellas, al cumplir sus castigos, saldrán con una profesión que les permitirá readaptarse a la sociedad como seres útiles, con  expectativas muy diferentes a las que tendrían si solo hubieran recibido castigo.

Todas las cárceles deberían tener centros de capacitación para los condenados. En alguna parte del Código Procesal Penal o del Código Penal deberían existir cláusulas  que dispongan la capacitación de los condenados a prisión por faltas graves a la ley. Cada condenado debería cumplir su pena y  salir de prisión con expectativas muy diferentes a las que les hicieron entrar en conflicto con la ley. Multipliquemos la obra que se hace en Najayo Mujeres.

La reforma policial

Aún cuando se reconoce la soberanía del Congreso para introducir modificaciones a cualquier proyecto de ley que le sea sometido, creemos prudente recomendar que las cámaras legislativas actúen con mucha cautela en el conocimiento del proyecto de reforma de la Policía Nacional. Ese proyecto es el resultado de muchas consultas entre instituciones públicas y de la sociedad civil y en su elaboración se tuvo el cuidado de apegar su contenido a lo que establece la Constitución de la República.

Las virtudes del proyecto han sido reconocidas por entidades de la categoría de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), que a través de su vicepresidente, doctor Servio Tulio Castaños Guzmán, pide al Congreso que lo apruebe. El país ha estado rezagado en materia de modernización y desarrollo policial y ese proyecto parece la vía más idónea para dar el salto cualitativo que cecesitamos.

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