Reajustes que asegurarían la reelección

Reajustes que asegurarían la reelección

FABIO R. HERRERA MINIÑO
Los estrategas fiscales del peledeísmo y del gobierno, que han impulsado la voraz y feroz cacería de recursos de los contribuyentes, deben estar muy preocupados por el disgusto generalizado en todos los sectores nacionales, por la forma de como atosigan a la ciudadanía, encareciendo el costo de la vida para darle más dinero al gobierno, que no se traduce en mejoría de la calidad de vida de la población.

Ese atosigamiento está poniendo en peligro los planes reeleccionistas del presidente Fernández, agobiado por la realidad de un entorno partidario muy sico rígido y lleno de rencores en contra de los que tienen recursos en el país, cosa que no han podido eliminar de sus conductas, ya aburguesadas por el disfrute del poder, pero todavía arrastran esos odios de clases que le dieron forma al PLD de 1973 y lo mantuvieron como una logia muy exclusiva.

Lo curioso de la situación, de exprimirle al contribuyente burgués sus ganancias de los trabajos tesoneros y llevados a cabo con muchas precariedades, es que no les ha impedido a los jerarcas del peledeísmo disfrutar de la buena vida, que antes solo la veían en fotos y reseñas de las revistas sociales. Ahora son muchos los protagonistas de lo que antes envidiaban y se lo están cobrando con el poder que tienen inventando las mil y una formas de sacarle más dinero a los que producen y trabajan en el país.

Los cerebros peledeístas parten de la tesis de que ellos pueden hacer eso de imponer más impuestos, como es el nuevo del Seguro Familiar de Salud, que ha elevado el régimen contributivo más del 70% de lo que se pagaba hasta el mes pasado. Pero el disgusto de la población, es que con tal volumen de ingresos, que ha superado los estimados fiscales, no se traduce en mejoría de la calidad de vida de la población, que padece los inconvenientes de los apagones que están reapareciendo paulatinamente. Por igual el servicio de agua potable es precario en casi todas las cabeceras de provincias, las carreteras carecen de mantenimiento y las poblaciones se soliviantan cuando no se les atiende en sus reclamos de mejores calles. Los servicios de los hospitales son más deficientes, por más que la propaganda oficial pretenda borrar esa realidad, alegando que aportan cada vez más recursos al sector, pero los hospitales se caen a pedazos, desmintiendo ese bienestar ficticio que entorpecería los planes reeleccionistas del PLD.

El PLD debe estar muy preocupado por el derrotero que están tomando sus aspiraciones de prolongarse hasta más allá del 2012, pero la población muestra su disgusto y hasta estaría en condiciones de apoyar de nuevo a un partido que ya fue repudiado masivamente en el 2004 y el 2006 por sus notorias deficiencias y lacras de conductas, que todavía tienen muy atrás al candidato que eligieron con mucha fanfarria. Indudablemente ese candidato del PRD se ha ido posicionando en el sentir popular por el celo fiscalista del gobierno que tiene disgustado a todo el mundo.

Por primera vez en muchos años, desde los tiempos del doctor Balaguer, una buena parte de la población aceptaría una reelección del presidente Fernández. Y la creencia del PLD es que ya tienen su voto amarrado, por lo cual se han descuidado y sostienen su brazo sin torcer, para cada vez castigar más al contribuyente, cargándole el dado con un riguroso cobro de impuestos, elevando los combustibles cada semana, bajo premisas que nadie las cree y descuidando todo el aparato burocrático que no dispone de dinero para darle mantenimiento a las carreteras, a las calles de los pueblos en disgusto constante, así como la mayoría de los acueductos abandonados en una buena parte por falta de mantenimiento.

Los estrategas del gobierno están obligados a un cambio de estrategia fiscal para aliviar y calmar el disgusto de la población, ya que los ingresos fiscales han superado todos los estimados de los primeros cuatro meses del año. Se pueden variar criterios muy particulares después que entrara en vigencia el DR-CAFTA, que ningún beneficio ha aportado al país en los precios al detalle de las mercancías. El gobierno estaría obligado, si se decide a moderar su afán de engorde fiscal, enfrentar al empresariado agiotista para que transparente sus costos, y las mercancías lleguen a precios asequibles a la población, que experimentaría un alivio en su castigo fiscal.

Lograr que el gobierno modifique su insistencia de engordar más las arcas fiscales, para que se traduzca en tranquilidad colectiva, sería una buena señal de rectificación, para no tener que ver el proyecto reeleccionista naufragar, si tozudamente no aceptan modificar sus criterios, que dicen es orden del FMI, y justificar el crecimiento del primer cuatrimestre de un 9%.

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