Madrid, (EFE).- El Real Madrid sigue firme en la cima de la tabla, protegió con autoridad su liderato y ganó al Deportivo con otra buena noche más de Raúl, un plus de casta de Sergio Ramos y la agresividad y el exquisito toque de balón de Beckham, importante en la recta final del campeonato.

    Cada partido en el Bernabéu es una fiesta. Una final, pero no de Liga, sino de Copa de Europa. Joaquín Caparrós siempre ha tenido un respeto y admiración especial hacia Raúl. Seguro que desde esta noche, un poco más. Porque de nuevo el capitán acertó en el momento clave. Con un 1-1 en el marcador y en un momento de la Liga donde nadie regala nada.

   El Madrid se mueve bien en el lío. Con el público ‘mosqueado’ con el árbitro por la falta de tarjetas a De Guzmán, que repartió cera en el campo, el equipo de Fabio Capello necesitó una atmósfera de partido caliente. Así ganó al Espanyol.