El 30 de junio se celebró el Día del Maestro y la Maestra. La mayor parte del personal docente que se encuentra en las aulas son mujeres.
Continuamente se hacen análisis de los problemas de calidad en la educación dominicana con una mirada muchas veces acusatoria exclusiva hacia ellos/ellas. Si bien es cierto que el personal docente y directivo de los centros educativos tiene una alta responsabilidad en la calidad de la educación, hay cuotas fundamentales en los Distritos Educativos, las Regionales y del Ministerio de Educación.
Hay que reconocer que se han mejorado las condiciones socioeconómicas de maestros y maestras con la aprobación del 4% para la educación, y se ha incrementado sus salarios, aun así, se encuentra una gran parte que continúa viviendo en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, sobre todo quienes trabajan en las comunidades rurales más lejanas y aisladas.
No cuentan muchas veces con medios de transporte y se trasladan pidiendo “bolas” para llegar a la comunidad donde muchas veces tienen que instalarse por varios días viviendo en las mismas condiciones de pobreza y desabastecimiento de servicios de estas comunidades.
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Las dificultades de salud que presenta gran parte del personal docente no se resuelven en su totalidad con los seguros de salud y muchas veces se hacen recolectas en las comunidades para cubrir casos de tratamiento de cáncer, algunas cirugías o tratamientos de alto costo. Se presentan casos de maestros/as que han muerto por falta de recursos para una diálisis o para una intervención quirúrgica de emergencia.
El currículo que deben desarrollar estos maestros y maestras en las escuelas es el mismo de una escuela urbana, urbano-marginal o en un colegio privado de estratos medios y altos. A pesar de las precarias condiciones para desarrollar su labor educativa y de su calidad de vida.
La calidad de la educación que puede ofrecer un maestro o maestra en esas condiciones no es la misma que un docente que trabaje en un colegio privado de estratos medios. Sin embargo, el currículo es el mismo. El sistema educativo no toma en cuenta la realidad del personal docente ni de las comunidades en la que se imparte docencia. El personal docente y las comunidades rurales deben tener atención distinta y una inversión en recursos e incentivos mucho mayor que en el resto de las escuelas del país.
El esfuerzo y la labor del docente en nuestro país debe ser reconocida no solo con el Día del Maestro sino en todo momento. Tienen la responsabilidad de formar a nuestras nuevas generaciones y acompañarlas en los procesos de cambio social y cultural de la que son protagonistas.