Realidad vs. embrujo
mediático: La trampa de Leonel

Realidad vs. embrujo<BR>mediático: La trampa de Leonel

REYNALDO R. ESPINAL
Solía decir Don  Antonio Machado,  con esa gracia sevillana que le era característica,  que “…también la verdad se inventa…”. Los seres humanos somos poseedores de extraordinarias capacidades mitomaníacas y tan aguzados tenemos nuestros mecanismos defensivos a nivel psíquico que para  evadir lo doloroso que resulta ver la realidad de frente, inventamos la ficción.

Como se sabe, al tristemente célebre Goebbels, cerebro principal de la propaganda nazi, se le recuerda y se le cita en los textos dedicados al estudio y análisis de la propaganda por su   conocida máxima de que  “…una mentira repetida llega a convertirse en verdad”.

¿Hasta dónde ha de estirarse la cuerda, sin embargo, en la técnica propagandística tan sutil como engañosa de pretender transformar lo falso en verdadero?

Somos del parecer de que esa es, precisamente, la errada apuesta del candidato reeleccionista Leonel Fernández.

El efecto de “boomerang” se produce y se producirá indefectiblemente en los resultados electorales de las próximas  elecciones, porque en este caso existe una abismal distancia entre la propaganda y la realidad. ¿Cómo se le puede decir a un humilde ciudadano que gana tres mil ochocientos pesos mensuales que hoy su calidad de vida está  mejor que ayer cuando éste, que va al mercado o a la farmacia, comprueba que no es así y que a pesar  del “crecimiento” se reduce su poder adquisitivo?

¿Con qué calidad moral puede decir el candidato presidente que garantiza la transparencia de la gestión pública, cuando no puede decir dónde están los 130 millones de la Sun Land? ¿Por qué habla de manos inseguras cuando su gobierno ha dado tantas pruebas manifiestas de corrupción? ¿Olvidó acaso  la sabia máxima popular según la cual  quien tiene casa de cristal no debe lanzarle piedras  a su vecino?

En su delirante megalomía de poder el candidato presidente ha tirado por la borda- sin el menor asomo de culpa- las clásicas lecciones del Prof. Bosch. Viene a cuento por tanto recordarle en esta ocasión que el 12 de mayo de 1966- enfrentando a Balaguer- pronunció Don Juan una alocución- matizada por esa intencionalidad de pedagogía política que caracterizaban sus intervenciones públicas.

En aquella memorable alocución expresó Don Juan: “…Creemos que la propaganda debe ser positiva y no negativa. Que debe dejarle algo al pueblo, no confundirlo ni engañarlo. La propaganda debe hacerse sobre los problemas del país, no sobre las personas…”.

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