¿Realmente el Botox alivia las migrañas?

¿Realmente el Botox alivia las migrañas?

Está entre las 20 enfermedades más debilitantes del mundo y afecta al 10% de la población, incluyendo a niños. Algo tan sencillo como una copa de vino o un pedazo de queso o chocolate puede disparar un ataque. Se trata de la migraña o jaqueca.

Lejos de ser un fuerte dolor de cabeza, la gente que sufre de migrañas puede experimentar síntomas dramáticos.

«Tengo que concentrarme para poder caminar en línea recta, y si tengo que hablar, decir dos frases seguidas, me queda difícil», le cuenta a la BBC Andy Bloor, catedrático de la Universidad de Cambridge que acude a la entrevista con anteojos oscuros pues no resiste la luz.

«Tengo un ataque de migraña».  Lo que describe son síntomas neurológicos.  «Alguien alguna vez dijo que es un asalto intensivo al cuerpo. Es una buena manera de describirlo», opina Bloor.

No ser lo que quieres.  Las migrañas aún no se comprenden bien, pero parecen ocurrir debido a la manera en la que la información sensorial es procesada en el cerebro.

La gente con predisposición a sufrirlas tiene períodos sensitivos en los que los sabores fuertes -como el queso maduro o el chocolate, o las luces brillantes y ruidos fuertes- pueden saturar su sistema sensorial.

Si muchos de estos disparadores se acumulan, se llega al umbral y causan una migraña.

La belleza del tratamiento.  Debido a lo poco que se sabe de las migrañas, es raro que surjan nuevos tratamientos para curarlas o controlarlas.

El consejo común para tratarlas no ha cambiado en años: evitar los disparadores, tratar de seguir patrones regulares de sueño y dieta y, cuando ocurran los ataques, tomar analgésicos.

Generalmente, los avances médicos se desarrollan en los principales hospitales del mundo, pero para la migraña hay uno que salió de la nada y de un lugar insospechado: un salón de belleza.

Y era nada menos que el presunto elixir de la juventud conocido como Botox.

Algunos clientes notaron que, además de borrarles las arrugas, les aliviaba las migrañas.

Eso les dio a los investigadores una nueva pista sobre la condición.

¿Qué estaba haciendo el Botox o toxina botulínica?

A prueba.  Para la BBC, Bloor se prestó a someterse a la aguja del doctor Mark Weatherall en el Hospital Charing Cross en Londres.

Weatherall le puso 31 inyecciones de Botox en su rostro, cabeza, cuello y hombros. En este caso, no las dirigió a los músculos sino a regiones en las que están los nervios sensoriales.

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