Rebeldes de las FARC atacan suroeste de Colombia

Rebeldes de las FARC atacan suroeste de Colombia

TACUEYO, Colombia (AP).- Rebeldes izquierdistas atacaron el viernes otro poblado indígena, ampliando la ofensiva que desde hace más de una semana mantiene a las tropas gubernamentales desplegadas por esta región montañosa del suroeste del país.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hostigaron con ráfagas de fusil y morteros artesanales la localidad de Jambaló desde el jueves por la noche hasta el viernes al amanecer, dijo a la AP Gersain Cuetia, quien trabaja para el cabildo indígena local.

Cuetia aseguró en entrevista telefónica que dos casas quedaron destruidas, pero no se reportaron víctimas ni heridos. Tras el ataque, los habitantes empezaron a abandonar la población por temor a un recrudecimiento de la violencia.

Policías, soldados y aviones artillados AC-47 repelieron el ataque, afirmó a la AP la mayor Victoria Alba Rodríguez, de la III brigada del ejército.

En la aldea de Tacueyó, 22 kilómetros más al sur, los rebeldes esperaban pacientemente para enfrentarse contra una columna de tanquetas del ejército que se encuentra detenida en la vía, a unos 10 minutos de acá. Las llantas de los vehículos se reventaron por los disparos de los guerrilleros.

«Qué es el afán», dijo el coronel del ejército, Juan Vicente Torrijos, al ser consultado por un reportero de la AP sobre cuándo iba a empezar el asalto contra los rebeldes en Tacueyó.

Los rebeldes parecen estar golpeando con relativa facilidad a las fuerzas gubernamentales en el área, desde los ataques que lanzaron contra la vecina población de Toribío, el 14 y 17 de abril. Esas acciones dejaron cinco policías, dos soldados y un niño de 9 años muertos.

Un convoy de las Naciones Unidas llegó el viernes a Toribío, con alimentos y mantas para los desplazados. Alfredo Witschi, un alto funcionario de la ONU en Colombia, calificó la situación como «terrible» tras visitar a los refugiados.

Witschi afirmó que el gobierno tiene responsabilidad de proteger los pueblos y aclaró que no hay excusa de las FARC para asesinar civiles.

Por primera vez en años, los guerrilleros no se están ocultando en la selva y, por el contrario, le están dando la cara a las fuerzas gubernamentales. Las FARC se han asentado en esta región del departamento del Cauca, mantienen el asedio a Toribío y atacan la columna blindada que fue enviada para apoyar a los policías y soldados en la zona.

Alto mandos militares sostenían una reunión de emergencia en la capital para determinar cómo enfrentar el mayor desafío de las FARC desde que el presidente Alvaro Uribe llegó al poder hace más de dos años y medio, con la promesa de aplastar a una guerrilla de cuatro décadas.

Con los últimos ataques, los choques armados se han extendido a lo largo de una franja de 22 kilómetros por la cara occidental del Cordillera Central de los Andes, a unos 250 kilómetros al suroeste de Bogotá.

Bajo una fuerte resistencia rebelde, la columna de vehículos blindados que empezó a avanzar hacia Toribío el miércoles se desvió hacia Tacueyó, a 10 kilómetros al noreste, para atacar a los guerrilleros apostados aquí arriba.

«Caliche», el comandante de la FARC en este pueblo controlado por la guerrilla, aseguró tras comer su desayuno de pan de maíz y tomar una bebida caliente, que la ofensiva militar para retomar esta villa de casas de adobe está destinada al fracaso.

Mientras «Caliche» hablaba con el reportero, otros rebeldes ponían a secar pólvora negra al sol tras la lluvia de la noche.

Uno de los guerrilleros, con un gorra tapándole la cara, dormía una siesta en la parte delantera de la casa, a su lado tenía cinco tubos de mortero y 20 proyectiles. Otros guerrilleros conducían camionetas nuevas de doble tracción por las calles del pueblo.

El número de víctimas de los combates varían ampliamente, dependiendo del lado que provengan.

«Caliche», quien no quiso dar su nombre, aseguró que en los últimos ocho días han muerto 20 soldados y 30 más han resultado heridos. Cinco rebeldes también quedaron lesionados y ninguno ha muerto, añadió.

Pero el coronel Torrijos sostiene que 15 guerrilleros han muerto y un soldado fue herido por esquirlas. No hay víctimas en las filas gubernamentales desde los ataques a Toribío, indicó.

No ha sido posible conciliar de forma inmediata estas cifras tan distintas.

La III brigada con sede en Cali, la ciudad más cercana, sostiene que no divulgará cifras de víctimas hasta que concluyan las operaciones.

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