Rebeldes o enfermas “Todo sabe a despedida”

Rebeldes o enfermas “Todo sabe a despedida”

POR GRACIELA AZCÁRATE
Siempre se puede hablar de enfermedad. Del deseo  de morir como enfermedad. Neurosis como incapacidad de acomodación a las circunstancias dadas. Y el médico que redactó el certificado  para las autoridades de la universidad: Lo mejor, señorita, es que venga a mi terapia Tendrá que comprender dónde reside el trauma. Con su inteligencia… Aprenderá a adaptarse…”           

Christa Wolf: Noticias, sobre Christa T. Novela publicada en 1968  por Mitteldeustscher Verlag y censurada hasta 1984.

¿Porqué se murió de cáncer, a los cincuentaiocho años, Mo Mowlam, la aguerrida inglesa, ministra de Tony Blair y artífice de la pacificación de Irlanda del Norte? 

¿ Porqué se murió a la misma edad y también de cáncer Batya Gur, nacida en Israel en 1947, hija de judíos escapados de las persecuciones nazis de Europa Oriental?

Magnífica escritora de novelas policiales  que con maestría psicológica se animó  a desentrañar la tragedia de Israel y Palestina,  y en relatos de novela negra  al más puro estilo norteamericano “ hard boiled” como Dashiel Hammet o Raymond Chandler se animó a hurgar en las lacras del sionismo,  denunció la violencia generada por los halcones israelíes al estilo  Ariel Sharon y el racismo  askenazi imperante en esa nueva patria de sus mayores.

¿Porqué  siendo inteligentes,  asertivas, beligerantes, valientes, combativas, el medio , el sistema, los jefes, patrones, maridos, padres y amantes y la sociedad en general en la  cual se desarrollaron las absorbe, margina, y finalmente las mata por enfermedad letal?

Sin ir más lejos, en mi vida de niña, la muerta más presente por cáncer es la trágica historia de la enfermedad de Eva Perón, en 1952.

Hay una foto deleznable en una pared de Buenos Aires, en los años cincuenta donde pueda leerse:

¡ Viva el cáncer!

Como si la horrible enfermedad asegurara la liquidación terminal de un enemigo político, que no se adaptó al sistema, y para colmo mujer como fue Eva Perón  para la oligarquía Argentina.

La frase que antecede este trabajo lo tomé de una novela de Christa Wolf escrita en 1968.

No pude evitar asociar esa frase, lo que cuenta la escritora y estas muertes de mujeres de distintas generaciones y países  que se asemejan a una pandemia de género como castigo bíblico por ser contestarias y rebeldes.

La novela de la Wolf fue censurada por las autoridades de la RDA.

“Noticias de Christa T.”  es la historia de una amiga escritora de Christa Wolf: la arquitecta Brigitte Reimann.

La mejor novela de esta autora, muerta de cáncer en los huesos a los cuarenta años de edad, es “Franziska Linkenhand” y es en realidad una descripción feroz, una crítica despiada  y un paralelo innegable entre las dos dictaduras alemanas del siglo XX: el nazismo y la aplastante y monótona realidad del nuevo estado socialista que surgió después de la Segunda Guerra Mundial.

La caída del Muro de Berlín en 1989,  y la publicación de los archivos  de los Servicios Secretos de Seguridad del Estado sacaron a la superficie el drama de muchos escritores que como Brigitte Reinam no pudieron adaptarse al asfixiante clima socialista y optaron por la enfermedad y la muerte. O como en el caso de la Wolf  que se convirtieron en informantes para sobrevivir.

Revelaciones últimas acusan a Christa Wolf de haber sido delatora de la Stassi (policía secreta de la RDA) acerca de la vida y obra de los escritores y artistas del régimen.

Sin embargo, dicen las crónicas que Christa Wolf, cuatro años mayor que la Reiman, “incomparablemente más cautelosa y más en control de sí misma” logró a través de su novela denunciar el clima asfixiante de un sistema  en el cual habían perdido las esperanzas de una solidaridad común.

Más adelante Christa Wolf escribió varios ensayos sobre la enfermedad y el cáncer como metáfora de sobrevivencia.   El cáncer como el resultado o el medio de escapar a una situación claustrofóbica, y una incapacidad a adaptarse o a ser cómplices de una situación de mentira y escarnio.

La postguerra tendrá en la República Democrática Alemana cuatro escritoras de gran valía, pero que se suicidan, se mueren por alcoholismo o por enfermedad y sobre todo por cáncer.

Susanne Kerckhoff, Eveline Kuffel, Jutta Petzold y Hannelore Becker son “las chicas de la guerra”.

Por la edad pueden ser las madres de Christa y Brigitte y sin embargo cuentan  en su obra, en sus finales y sus enfermedades las formas de resistencia  sin esperanza  a la que decidieron optar.

En definitiva, las dos generaciones de mujeres reflejan en su obra “ la otra Alemania”,

El arrinconamiento por disentir, la enfermedad como opción para “bien morir”, los inmigrantes que vuelven a un país desconocido, la solidaridad con un régimen que no termina de cuajar y que los  ha traicionado en sus expectativas de futuro, la solidaridad con un mundo mejor que es mentira, las “dificultades de la reeducación”, los suicidios de los intelectuales varones, la enfermedad de las mujeres como opción de exilio , de repulsa o de “bien morir”.

Paralelo a la escritura de “Franziska Linkenhand”, en 1955,  Briggite Reimann escribió un grandioso diario personal.

Ese diario le fue entregado a Christa Wolf  a la muerte de su amiga escritora y ésta lo usó para toda su obra de ficción posterior.

Es un diario lleno de expresividad, grandioso en el relato  pormenorizado de la vida cotidiana de la RDA. Relevante en sus minucias y mezquindades, sobre todo como presagio de muerte para sus mujeres más valientes.

Un periodista alemán reseñó y sintetizó la obra de Brigitte Reinamn con una frase que dice así:  “El empeño de su obra  es lograr una justicia épica que habría de chocar necesariamente, con su visión desesperada, de la RDA, de las insolubles  dificultades de un sistema que no iba a darles un mundo mejor, ni solidario ni equitativo…(…) Sólo después del cambio político se evidenció en toda su brutalidad hasta qué punto resultaba la ciudad socialista del futuro un elemento destructor de almas”.

Como una constante, la vida-muerte de las mujeres gira desde los muros de Buenos Aires con Eva Duarte de Perón, hasta lo muros de Berlín con Susanne Kerckhoff,  pasando por la Universidad de Leipzig con Evelinne Kuffel, por las calles de Belfast con Mo Mowlam mientras bebe una pinta de cerveza en un pub de Belfast, o por las calles de la Tel Aviv  de Batya Gur,  de la mano de una  detective  israelí,  que combate como judía por los palestinos, en la justicia épica  porque como dice el  periodista alemán, las mujeres siempre pagan la disención, la crítica y la denuncia con la vida.

L a muerte puede ser material o simbólica pero, si  no puede con  la injusticia  es posible que apele  a la enfermedad. Es posible que se muera de cáncer,leucemia en los huesos, cáncer de útero, o cáncer de llinfa. Es en definitiva, la enfermedad,  una suerte de venganza.  Como el suicidio. 

Ante el sistema inicuo que condena al ostracismo y al  silencio,  las mujeres se mueren de cáncer.

Se dejan  carcomer  en “definitiva  por  el  deseo  de morir como enfermedad”.

Y,  si el suicidio es venganza,  el cáncer  en las mujeres se convierte en neurosis  o en “una suerte de incapacidad  para acomodarse  a las circunstancias dadas”.

Rebeldes o enfermas, la dicotomía se convierte en eslogan o en una suerte de ícono  de supervivencia para las mujeres, que en el  nuevo siglo se aprestan a resistir.

Fuentes:

Wolf, Christa: “Noticias sobre Christa T.”. Novela editada por Seix Barral. Biblioteca de bolsillo.

Primera edición en Editora de bosillo. 1992, España.

Kulturcronik- 2- 1999. “Franzisca Linkerhnd”, por primera vez en texto íntegro y no mutilado por la censura.

Revista Alemana bimensual con noticias e informaciones de la República federal de Alemania. No 2. 1999 (Año 17) Kulturcronik- 5- 1999. Cuatro escritoras en RDA de los años tempranos.

Cuatro destinos. Revista Alemana bimensual con noticias e informaciones de la República federal de Alemania. No 5. 1999( Año 17)

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