Rebeldes se reúnen con opositores

Rebeldes se reúnen con opositores

PUERTO PRINCIPE (AP).- Los rebeldes haitianos entraron el lunes a la capital y fueron recibidos por una entusiasta multitud, tras lo cual se reunieron con miembros de la coalición política que se opuso al ex presidente Jean-Bertrand Aristide.

En la reunión participaron el dirigente rebelde Guy Philippe y Evans Paul, ex alcalde de Puerto Príncipe y una importante figura de la oposición. Louis-Jodel Chamblain, ex líder de un escuadrón de la muerte creado por el ejército haitiano tras el derrocamiento de Aristide en 1991, y otro de los dirigentes de la revuelta, fue visto cuando fumaba un cigarrillo afuera.

Se impidió a los periodistas asistir a la reunión pero Paul, que en determinado momento abandonó la reunión, se expresó de manera positiva sobre Philippe.

«El ha desempeñado un papel importante», dijo Paul. Aristide abandonó Haití el domingo mientras los rebeldes se acercaban a la capital.

En el suburbio de Petionville, personas flanquearon las calles aplaudiendo mientras gritaban «­Guy Philippe» y «­buen trabajo!» La tumultuosa escena ocurrió mientras infantes de marina de Francia y de Estados Unidos se emplazaban en Puerto Príncipe para proteger sitios estratégicos.

Un convoy de unos 70 rebeldes, bajo el mando de Philippe, había partido de la ciudad occidental de Gonaives antes de amanecer, pasando al lado de escenas de muerte y destrucción.

Entre tanto, la vivienda de Aristide fue saqueada y destrozada. Pinturas, documentos y un piano de cola fueron sacados a un patio, y luego abandonados.

En el poblado de Saint Marc, que los rebeldes habían tomado pero que había sido recuperado por las fuerzas oficialistas, un convoy de los insurgentes pasó al lado de un retén vial donde yacían tres cadáveres incendiados.

Los vehículos del convoy sufrieron varios desperfectos en su recorrido, lo cual demoró su marcha. La camioneta blindada de Philippe se dañó y él tuvo que subir a un camión.

Un reportero de la AP le preguntó a Philippe qué hará en Puerto Príncipe, y él respondió: «Sólo nos vamos a asegurar que el palacio está listo para la llegada del presidente … que no haya amenazas».

Indicó que estaba aludiendo al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Boniface Alexandre, quien anunció el domingo que estaba asumiendo el control del gobierno según las normas de la constitución.

Pese a la afirmación de Alexandre de que está a cargo del gobierno, la constitución haitiana determina que es el parlamento el que debe aprobar su nombramiento, y la legislatura no se ha reunido desde comienzos de año, cuando expiró el mandato de los parlamentarios.

Se ignora entre tanto cómo será recibida la fuerza rebelde por las tropas francesas y estadounidenses.

El secretario de Estado Colin Powell expresó su disgusto por algunos dirigentes rebeldes. «No queremos que algunos de esos individuos reingresen a la sociedad civil en Haití debido a su pasado, y eso es algo que tendremos que discutir», dijo Powell.

Uno de los dirigentes de la insurrección era líder de un escuadrón de la muerte que asesinó a partidarios de Aristide cuando en 1991 tomó el poder el ejército haitiano, tras derrocar al presidente constitucional Jean-Bertrand Aristide. Philippe era oficial del ejército durante la represión a los disidentes.

El coronel David Berger, jefe del contingente de infantes de marina de Estados Unidos, dijo que la capital «no es, definitivamente, un ambiente hostil» para sus efectivos.

«La mayoría (de los haitianos) nos darán la bienvenida. Nos alegra estar aquí», dijo a la AP en el aeropuerto de la ciudad. Indicó que habían llegado 150 infantes de marina del Octavo Batallón, con sede en Camp Lejeune, Carolina del Norte.

En el aeropuerto, comandantes militares franceses y estadounidenses se congregaron en torno a un mapa de Puerto Príncipe mientras el agregado militar de Francia señalaba sitios donde solían reunirse bandas armadas partidarias de Aristide.

Infantes de marina estadounidenses establecieron un perímetro de seguridad en el aeropuerto, mientras unos 80 infantes de marina franceses llegaban en aviones de transporte C-160. Entre los abastecimientos que trajeron los franceses figuraban cajones con botellas de agua de Evian.

El teniente coronel francés Louis Acacio dijo que los infantes de marina de su país, unos 120, llegarán el lunes en la noche, y su tarea principal es ofrecer protección a la embajada de Francia y a la residencia del embajador, aunque podrían ayudar a fuerzas estadounidenses en otros sitios «a medida que se desarrollen los acontecimientos».

Entre tanto, Aristide llegó el lunes a la República Centroafricana, una empobrecida e inestable nación.

«Al derrocarme, han derribado el árbol de la paz», dijo el dirigente derrocado a la radio estatal, poco después de haber aterrizado. «Pero este ya crecerá nuevamente, porque sus raíces están bien plantadas».

En sus primeras declaraciones públicas desde que escapó de Haití, Aristide dio las gracias a las autoridades locales y destacó que «Africa es nuestro padre, de los hombres y las mujeres de Haití».

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