Rebeldes tuareg declaran independencia del Norte de Malí

Rebeldes tuareg declaran independencia del Norte de Malí

BAMAKO. AFP. Los rebeldes tuareg de Malí declararon hoy la independencia de la región Norte, dividiendo el devastado país en dos partes mientras aumentan los temores de un desastre humanitario en una región que una vez fue considerada una exitosa experiencia democrática.  

Con Malí ahora dividido en una mitad Norte controlado por rebeldes y una al Sur gobernada por una junta militar golpista, la comunidad internacional se moviliza por una solución ante el colapso del Estado del oeste africano.  

Organizaciones humanitarias coinciden en alertar sobre la inminente catástrofe humanitaria, al tiempo que centenas de personas huyen de las principales ciudades del norte del país mientras grupos rebeldes saquean alimentos y medicinas en toda la zona.  

Al inicio de la mañana de hoy, los tuareg declararon la independencia de una región que llaman Azawad y ocupa todo el Norte de Malí, una región por la que iniciaron rebeliones durante décadas, la última de ellas sostenida por una hemorragia de armas provenientes de Libia.  

«Solemnemente declaramos la independencia de Azawad desde hoy», dijo Mosa Ag Attaher, el portavoz del Movimiento Nacional por la Liberación del Azawad (MNLA), a la red de televisión France 24, confirmando así una declaración publicada en el sitio web oficial de ese grupo.  

Attaher dijo que el MNLA respetará «las fronteras con los otros estados» e interrumpirá todas sus operaciones militares. Los tuareg controlaron todo el Norte de Malí en apenas dos semanas con la ayuda de grupos islamistas luego de un golpe militar en la capital, Bamako.  

En Francia (ex potencia colonial de Malí), el ministro de Defensa, Gérard Longuet, dijo que «una declaración de independencia que no será reconocida por los Estados africanos no tiene sentido».  

No obstante, el control real de los tuareg sobre la región parecía tenue, ya que sus aliados islamistas impusieron la sharia (ley islámica) y secuestraron a siete argelinos en el noroeste del país.  

La cancillería de Argelia informó que un grupo no identificado había atacado su consulado en la ciudad maliense de Gao, donde secuestró al cónsul y seis funcionarios.  

Testigos dijeron a la AFP que el grupo que invadió el consulado argelino instaló en esa sede diplomática la bandera negra que los salafistas más radicales comenzaron a utilizar después de tomar Tombuctú y otras ciudades en la región Norte.  

De acuerdo con Attaher, el MNLA consideró que el secuestro en Gao era «deplorable» y que como grupo era contrario a esa práctica, pero que finalmente decidió priorizar la vida de los diplomáticos.  

No obstante, testimonios indican que los reales dueños y señores del Norte de Malí no son en realidad los tuareg sino el grupo Ansar Dine, liderado por Iyad Ag Ghaly, que posee contactos con el grupo radical Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).  

Dos entidades humanitarias, Oxfam y World Vision, coincidieron en expresar su enorme preocupación con las severas sanciones impuestas a Malí, inclusive por países vecinos, después del golpe militar.  

«Si las sanciones son mantenidas como hasta ahora por apenas algunos días más, afectarán seriamente los esfuerzos para ayudar a 3,5 millones de malienses ya afectados por una serie crisis alimentaria», dijo el director de Oxfam, Eric Mamboue.  

La situación en Malí, que era inestable, estalló el 22 de marzo con el golpe militar encabezado por el capitán Amadou Sanogo y un grupo de oficiales de baja graduación, desalojando al presidente Amadou Toumani Toure apenas semanas antes de la fecha prevista para que deje el poder.  

Las tropas justificaron el golpe alegando que el gobierno de Toure había fracasado en enfrentar la rebelión tuareg, pero los rebeldes aprovecharon el vacío de poder y rápidamente pasaron a controlar todo el Norte de Malí.  

La junta golpista, que por momento orientó al ejército maliense a no resistir a la ofensiva, llamó el jueves a los ciudadanos del Norte a que resistan a los «invasores».  

Jefes militares de la Organización de Países del Oeste Africano (CEDEAO) ya diseñaron un «mandato» para una fuerza de 2.000 hombres que podría ser enviada a la región de Malí ahora controlada por los separatistas tuareg y grupos islamistas. El plan requiere aprobación de los jefes de Estado.  

En Bamako, el canciller de Burkina Faso y emisario de los países de la región, Djibrill Bassole, dijo que un anuncio «en la dirección correcta» era esperado de parte del capitán Sanogo, y que ello llevaría al levantamiento de las sanciones.  

El Consejo de Seguridad de la ONU llamó esta semana a un cese inmediato del fuego en el Norte de Malí, pero no diseñó ninguna medida o acción más firme con relación a la junta golpista.  

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