La Habana, 27 oct (EFE).- Los cubanos reaccionaron al anuncio de la sustitución del dólar deshaciéndose de la divisa estadounidense, lo que elevó en 30 veces la recaudación de las casas de cambio y en 10 veces la apertura de cuentas en dólares.

La aparición del líder cubano, Fidel Castro, en televisión en la noche del lunes anunciando que, a partir del 8 de noviembre, el dólar será sustituido por el peso cubano convertible, desató todo tipo de teorías y especulaciones.

Castro dejó claro que se trata de una respuesta a las «presiones» de EEUU para evitar que Cuba pueda depositar dólares en bancos extranjeros y hacer frente a sus obligaciones comerciales, y el presidente del Banco Central de Cuba (BCC), Francisco Soberón, insistió anoche en esta explicación.

Existía la posibilidad, dijo Soberón, de que Cuba tuviera «una cantidad de dólares acumulados que para nosotros serían papeles inservibles, y el país no se puede dar el lujo de esperar con los brazos cruzados a que esto suceda».

La medida, que no penaliza la tenencia de dólares, ha sido acogida con incertidumbre entre la población, que el martes se apresuró a acudir a las casas de cambio y bancos para deshacerse de dólares.

Las casas de cambio («cadecas») compraron «30 veces más dólares», señaló anoche Soberón, durante un programa especial de televisión para explicar la medida monetaria.

Soberón, que evitó concretar las cifras de dólares recaudados, subrayó también que se abrieron diez veces más cuentas en dólares que en un día de actividad normal en los bancos.

Hasta el 8 de noviembre, en Cuba siguen funcionando tres monedas: el dólar, el peso cubano convertible (conocido como «cuc» o «chavito», equivalente a un dólar y sólo reconocido en la isla) y el peso cubano (1 dólar equivale a 26 pesos cubanos en las «cadecas»).