¿Recaudar $20 mil millones?

¿Recaudar $20 mil millones?

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
El país disfruta en este año de una voluminosa ley de Ingresos y Gastos Públicos, ascendente a casi $240 mil millones de pesos, después de muchas reuniones, trasiego de dádivas y silencios para proteger santuarios y nichos de los políticos, que aún con sus rasgaduras de vestiduras, demostraron que solo buscan sus beneficios derivados del erario público, sin importarles el destino de la sociedad dominicana.

Para el pasado año se presupuestaron ingresos por más de $226 mil millones de pesos en donde se esperaba que ocurriría un flujo notable de dinero externo que pudiera cubrir la diferencia entre lo estimado de los ingresos que apenas llegaron a unos $160 mil millones de pesos ya que los ingresos fiscales nunca superaron los $14 mil millones de pesos mensuales.

Para este año los estimados oficiales son mucho más arriesgados. Los políticos se han repartido un dinero que no se sabe si podrá llegar a los niveles que ellos han acordado, ya que se requerirán de recaudaciones fiscales de $20 mil millones de pesos mensuales lo cual es un gran reto para las eficientes autoridades recaudatorias que tiene el gobierno. No solo deberán captar más contribuyentes o frenar la evasión en especial del ITBIS sino afinar en los aranceles teniendo en cuenta que el futuro de la entrada en vigencia del CAFTA-DR es incierto.

Además se deberá continuar en la lucha en contra de la corrupción que se ha desatado en las aduanas, que por los continuos descubrimientos de contrabando de mercancías sin pagar impuestos revela que hasta los peledeístas han sucumbido a la costumbre de los burócratas de los otros partidos que han disfrutado del poder los cuales se conocían por sus maniobras para desfalcar al erario público. Si los empeños de las altas autoridades de las aduanas llegan a controlar y frenar los continuos actos de corrupción en sus filas se podría asegurar, como algunos han dicho, que las recaudaciones aumentarían notablemente y habría más esperanza de llegar a los $20 mil millones de pesos mensuales que se requieren en los ingresos para enfrentar el optimista monto del presupuesto.

Indudablemente que los artífices de la elaboración del presupuesto han estimado que para lograr tan altos ingresos deberán contar con un flujo de recursos externos, superiores a los $2 mil millones de dólares, de forma que se complete un monto que de otra forma sería imposible lograr.

Con la evolución de los ingresos en el pasado mes de enero se continuó con un nivel de ingresos que no supera los $14 mil millones de pesos mensuales, por lo cual, al presupuestar tan elevados ingresos para repartirlos su mayor parte en gastos sociales y corrientes, como se ha estimado, sería imposible de lograrlo. Las luchas para que las asignaciones sean entregadas religiosamente será una constante durante todo el año, ya que por lo ocurrido en enero, fue un severo golpe al propósito oficial de poder calmar a los políticos con sus exigencias a raíz de la aprobación del presupuesto y a la vez atender a las necesidades impostergables derivadas de las próximas elecciones de mayo, cuando el gobierno está montado en el carro de los ofrecimientos, conquistas de antiguos adversarios y las concesiones con miras a variar la hegemonía de la oposición en el Congreso y en los Ayuntamientos.

Hubo mucho entusiasmo cuando se preparó el presupuesto del 2006, y si aún fuera por requerimiento del FMI que se pusiera tan elevado monto, al gobierno le han impuesto tremenda tarea de cumplir con esa meta de los $240 mil millones de pesos, la cual todavía no está al alcance de las posibilidades de la economía dominicana ya que por el elevado grado de evasión, componendas, contrabando y arreglos tras bastidores impide una buena captación de impuestos lo cual altera el ánimo de recaudadores tan eficientes que tiene el gobierno en aduanas e impuestos internos.

Muchas veces por razones políticas o de compromisos de campaña se evita que el fisco le caiga con todo el peso de la ley a los personajes que de una forma u otra ayudan para las campañas generosamente. Y si el político que recibe ese apoyo triunfa en las elecciones premia a su colaborador con un cargo en el gabinete donde haya mucha grasa. O se le permite no pagar sus impuestos a los niveles que debería o que las autoridades aduanales se hacen de la vista gorda para determinadas mercancías que trae el favorito de turno. Tales razones son muy poderosas para que el fisco no pueda contar mensualmente con sus $20 mil millones de pesos, requeridos para que el presupuesto no sea deficitario.

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