De los Servicios de Hoy. Analistas de Goldman Sachs creen que los mercados están afrontando la tercera ola de la crisis financiera.

La primera fue generada por el colapso de la banca anglosajona (2008-2009), la segunda por las dudas sobre el futuro del euro (2010-2012) y la actual por el exceso de deuda privada en regiones emergentes.

Si las ondas de estas últimas turbulencias en países como China y Brasil contagian a la economía occidental, existe el riesgo de otra «recesión global», advierte Willem Buiter, economista jefe de Citigroup.

El problema si se cumple este negro escenario es que los bancos centrales de Estados Unidos y Europa cuentan con poca munición para nuevos estímulos, al tener los tipos casi a cero.

Según Merrill Lynch, las autoridades monetarias de todo el mundo han aprobado 606 recortes de tipos desde 2008 y han comprado activos en el mercado por 12,4 billones de dólares.

Una solución sería abolir el dinero en metálico, sugiere Andrew Haldane, economista jefe del Banco de Inglaterra, lo que permitiría imponer tipos de interés negativos a todo el dinero en circulación, con lo que empresas y hogares se verían forzados a invertir o gastar sus recursos, en lugar de guardarlos debajo del colchón. Los bancos centrales recuperarían el margen de 2-3 puntos porcentuales, dijo.