Receta para un año de dificultad

Receta para un año de dificultad

Los pronósticos indican que en el 2009 se agravarán las  dificultades económicas por causa de la recesión generada por la crisis financiera de los Estados Unidos. Los gobiernos de la mayoría de los países han tenido  que adoptar medidas extraordinarias  para salvar de la bancarrota a empresas y bancos y atenuar el impacto de la crisis. En nuestro caso, el  Presidente Leonel Fernández  ha expuesto el propósito de evitar un proceso recesivo interno mediante un programa de construcción  de obras para darle dinamismo a la economía. La construcción tiene la virtud de crear plazas de trabajo, generar demanda de bienes y servicios y activar el comercio y la industria.

A pesar de que el presupuesto para 2009 es austero y supera con poco el del presente año, la dinámica de las obras podría tener efectos fiscales favorables que atenuarían el déficit previsto en los ingresos del Gobierno.  Ya el Presidente ha dicho que una parte de esas obras se hará mediante concesiones, una modalidad en la que se tiene experiencia. Lo aconsejable sería que se haga una equitativa distribución geográfica de las obras, ceñirse a prioridades reales, convocar concursos para garantizar transparencia y ahorro y que cada parte cumpla los compromisos asumidos. Aunque muchos apuestan a la austeridad, en tiempos de recesión la mejor receta es invertir para estimular dinamismo.

 

Asistencia para los accidentados

Bajo ninguna circunstancia debe haber dudas sobre la obligatoriedad de que las Administradoras de Riesgos de Salud le garanticen a sus afiliados cobertura en caso de lesiones por accidentes de tránsito. La ley de Seguridad Social es precisa en cuanto a las responsabilidades que asumen estas administradoras y hay previsiones para un fondo de cobertura para los lesionados en percances de esta naturaleza.

  El Estado, que está obligado a vigilar el buen funcionamiento de la Seguridad Social, ha asumido su parte en la cobertura de personas accidentadas. La asistencia médica por lesiones de esta naturaleza no debería ser materia de debate o discusión, a no ser para mejorar las garantías de cobertura y los servicios médicos. Los asegurados del régimen contributivo no pueden ni deben  quedar a merced de dudas y ambivalencias, de interpretaciones y acomodaciones de las administradoras. Las reglas de la Seguridad Social son bien claras.

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