A los ojos de quien no lo conoce, el buen pan puede resultar una simple esfera verde con poca cara de comestible. Y quienes conocen de sus características en nuestro país probablemente no conozcan más de dos formas de prepararlo: salcochado o frito. Pero en honor a la verdad, este fruto del árbol del pan es un tesoro culinario que se presta para las recetas más diversas.
Responde a muchos nombres. Buen pan, castaña, frutipán, pan de árbol, pan de pobre, mapén y guapén son sólo algunas de las palabras con que se denomina alrededor del mundo, donde es una de las especies más extendidas, pese a que no en todas partes se aprovechan como alimento.
Al buen pan, ganarse un lugar en la cocina le ha tomado tiempo, pues en lugares como Jamaica, donde se le aprovecha al máximo como ingrediente, en algún tiempo fue considerado comida para cerdos. Allí hoy se considera uno de los alimentos básicos en la dieta diaria. Lo comen en el desayuno, cena y meriendas, dentro de sopas, frituras, hervidos, al vapor, asados y hasta en ponche.
En Puerto Rico también es muy apreciado, especialmente en tostones, así como en mofongo, pasteles, escabeche, y en postres como el flan o budín.
En San Vincent y las Granadinas, un país isleño situado en el Caribe, se realiza el Breadfruit Festival (el buen pan se llama breadfruit en inglés). Cada año, en el mes de agosto, se realiza esta festividad en distintas comunidades con una exhibición de platos a base de frutipán que van desde tartas de queso, pizza y lasaña hasta breadsticks, quiché, dulces y bebidas. En esta isla hay unas 25 variedades de buen pan, el cual forma parte del plato nacional compuesto de mapén asado y pescado frito.
En pocas palabras, se puede decir que con el buen pan se hace de todo. Si va por uno de nuestros campos consiga un par de ejemplares e intente probar con una de las ricas recetas que compartimos hoy.
Beneficios para la salud. Se recomienda a pacientes con enfermedades como la diabetes, pues ayuda a absorber la glucosa de los alimentos ingeridos. También se le atribuye el poder de reducir el colesterol malo (LDL).
Aporta proteínas, fibra, grasas, vitamina B y C, niacina, calcio, hierro y fósforo. Las hojas se utilizan para calmar ciertas dolencias de la piel y como laxante.