Hoy 
Las potencias neocolonialistas se aprovechan nuevamente de los problemas internos de un país pequeño para violar su soberanía, agredir a la población, desmembrar su territorio y apropiarse de los recursos naturales.
El planteamiento fue hecho por la coalición MIUCA-Acción por el Cambio en una declaración de prensa firmada por Virtudes Alvarez, Arsenio Hernández Fortuna, Fidel Santana, Secundino Palacios, Juan Gómez, Manuel Salazar y otros dirigentes.
Eso es lo que están haciendo e interesa hacer a Estados Unidos, Francia e Inglaterra cuando bombardean a Libia, supuestamente para apoyar a los rebeldes que combaten al régimen autoritario de Muamar Gadafi. Pero no se le ocurre a Estados Unidos, Francia e Inglaterra atacar a Israel cuando ha estado masacrando la población palestina con escasos medios para defenderse, se agrega en la nota.
Una guerra civil es un acontecimiento lamentable en cualquier país, pero los problemas se agravan cuando intervienen naciones poderosas que solo están interesadas en sacar ventajas de las tragedias ajenas, declaran los dirigentes de izquierda.
Es claro que los grandes monopolios estadounidenses, franceses y británicos están interesados en el petróleo libio, sin pagar lo que vale, como la Barrick Gold quiere llevarse el oro de nuestro territorio mediante un contrato leonino que muy poco deja a los dominicanos y dominicanas.
El pueblo dominicano debe verse en ese espejo y recordar las agresiones sufridas en el 1916 y 1965 para protestar con energía contra esta nueva violación a la soberanía de un país pequeño, a cuyo pueblo le resulta difícil resistir la agresión combinada de las más poderosas fuerzas armadas del mundo, enfatiza la coalición MIUCA-Acción por el Cambio.
La declaración concluye advirtiendo que hoy el ataque es contra Libia, mañana puede ser contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Argentina e incluso contra República Dominicana en el momento en que se inicie un proceso de recuperación de nuestro oro, de nuestras playas y de ejercicio pleno de nuestra soberanía nacional. El pueblo dominicano no puede ser indiferente a una tragedia que ya conoce por experiencia propia, en más de una ocasión: la acción criminal y depredadora de un ejército interventor.
